MADRID.- El Rey Juan Carlos ha iniciado los trámites para renunciar al uso del yate 'Fortuna', adscrito a Patrimonio Nacional y que se encuentra habitualmente en Palma, desde donde sólo salió a la mar durante unas horas en todo 2012.
Según ha informado hoy un portavoz de Zarzuela, el
monarca ha solicitado a Patrimonio Nacional que dé comienzo a los
trámites para la desafectación de este barco como bien de dicho
organismo.
En concreto, siguiendo las instrucciones de Don Juan Carlos, el
jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, ha solicitado a Patrimonio
Nacional que inicie este proceso administrativo.
Fuentes de este organismo, responsable de los bienes de
titularidad del Estado que proceden del legado de la Corona española,
han explicado que la petición del Rey será llevada a su
Consejo de Administración, que previsiblemente aprobará el expediente de
desafectación.
A partir de ahí, este expediente pasará al Ministerio de la
Presidencia, del que depende Patrimonio Nacional. El Departamento que
dirige Soraya Sáenz de Santamaría presentará a su vez esta decisión al
Consejo de Ministros, que es el que decidirá en último término qué se
hará con el yate.
El monarca recibió el 'Fortuna' como regalo de un grupo de
empresarios mallorquines en el año 2000, para sustituir al anterior
'Fortuna' que Don Juan Carlos había recibido también como obsequio del
Rey de Arabia Saudí a finales de los años 70. Hubo un primer 'Fortuna',
con el que el entonces Príncipe de España compitió en unos Juegos
Olímpicos de Munich de 1972 y que acabó siendo donado al Museo Olímpico
de Barcelona.
Construido por los astilleros de Izar en San Fernando (Cádiz), el
yate del que se ahora se desprende tiene una cubierta principal con un
salón noble, un comedor, una cocina y un gran puente de mando. En el
piso inferior, tiene cuatro camarotes, dos reservados para el Rey y sus
invitados, que ocupan toda la manga, y otros dos a ambas bandas del
pasio central.
Según han indicado fuentes de Casa Real, en 2012 el Rey sólo
navegó con el 'Fortuna' un solo día, el 13 de agosto. Ese día, el
monarca almorzó en alta mar con la tripulacion del barco, que permaneció
unas ocho horas navegando.
Los técnicos de mantenimiento habían aconsejado mover el yate, que
llevaba ya mucho tiempo sin salir de puerto, y el monarca decidió
acompañar a la tripulación, según informó entonces Zarzuela..
Desde que se decidió recortar gastos, la Familia Real salía a
navegar con el 'Fortuna' de forma excepcional, ya que llenar el depósito
del yate cuesta 25.000 euros. En su lugar utilizaban la lancha 'Somni',
propiedad del armador Josep Cusi, que éste pone a disposición del Rey
todos los veranos.