Cuando a finales de 2007
apareció el pinchazo de la burbuja especulativa, sometiendo la economía
internacional a la crisis más intensa desde la Gran Depresión, ofrecía
al mismo tiempo una lección magistral que seguimos sin aceptar. Los
responsables de las macroeconomías, los Poderes Públicos, no querían
saber nada de los desmanes de los mercados de consumo, del control
financiero, ni del endeudamiento público.
Tampoco
supieron ejercer con inteligencia y energía su obligación de oposición
quienes estaban llamados a ello. El crecimiento progresivo de la
recaudación fiscal y un estado del bienestar mal entendido, encubrían la
necesidad de control, sacrificio y trabajo que nunca debe faltar sea
cual sea la coyuntura en que nos encontremos.
El endeudamiento generalizado dificulta en gran medida el crecimiento, y es incuestionable y urgente el ejercicio práctico de una economía política basada en la promoción de la riqueza que es, sin duda, variada y suficiente como lo demuestran los profundos estudios de geografía económica probados y publicados. El talento es el que mueve al capital y el único que sabe invertir, dirigiéndolo hacia los sectores de riqueza naturales y rentables. Ni son los Estados los llamados a ello, ni son las macroinversiones, generalmente deficitarias, las que nos volverán al crecimiento.
Igual que una empresa para que sea viable, creciente y duradera precisa de un auténtico líder, que no solamente de un buen gestor, la macroeconomía sólo es posible si se cuenta con quien planifique, desarrolle, controle y propicie la apertura de nuevos mercados donde se dirijan el talento, el capital y los empresarios. Bienvenidas sean las medidas de protección, sin duda necesarias, pero inútiles sin promocionar mercados que atraigan inversión y promotores.
El endeudamiento generalizado dificulta en gran medida el crecimiento, y es incuestionable y urgente el ejercicio práctico de una economía política basada en la promoción de la riqueza que es, sin duda, variada y suficiente como lo demuestran los profundos estudios de geografía económica probados y publicados. El talento es el que mueve al capital y el único que sabe invertir, dirigiéndolo hacia los sectores de riqueza naturales y rentables. Ni son los Estados los llamados a ello, ni son las macroinversiones, generalmente deficitarias, las que nos volverán al crecimiento.
Igual que una empresa para que sea viable, creciente y duradera precisa de un auténtico líder, que no solamente de un buen gestor, la macroeconomía sólo es posible si se cuenta con quien planifique, desarrolle, controle y propicie la apertura de nuevos mercados donde se dirijan el talento, el capital y los empresarios. Bienvenidas sean las medidas de protección, sin duda necesarias, pero inútiles sin promocionar mercados que atraigan inversión y promotores.
Sólo
se alcanza el liderazgo si se cuenta con inteligencia, carisma, dotes
de mando, visión de futuro, sabiduría en la selección de equipos y
facilidad de comunicación; muy pocos alcanzan este nivel. ¿Contamos con
este privilegio?, las empresas que han superado la crisis desde el otoño
de 2007 y en el futuro formen parte de una economía en crecimiento
sostenido, sí han contado con verdaderos líderes.
LOS OBSTÁCULOS
Para hacer posible la reactivación, de imperiosa necesidad, hemos de considerar los efectos negativos creados durante la gestación de la crisis, y las consecuencias de las medidas necesarias e impuestas que se contienen en el "Plan Nacional de Reformas" y "Recortes". Veamos algunos:
a). El deterioro de la tesorería y balances del sistema financiero, cuyo saneamiento está siendo lento y difícil, debido al alto endeudamiento de las empresas y del nivel de morosidad que soportan.
b). La concentración bancaria probablemente excesiva, que debe ser vigilada para evitar las consecuencias negativas del oligopolio.
c). Una fiscalidad no armónica con nuestro PIB, ni con la de nuestros socios europeos.
d). Un gasto Público a todos los niveles inasumible a corto o medio plazo, que necesita una solución a largo plazo consensuada con Bruselas que haga posible rebajar el apalancamiento actual.
e). Presupuestos inadmisibles necesitados de adaptarlos al sistema "Base Cero", exigiendo controlar su cumplimiento. Al no poder acometer una devaluación general por pertenecer al Euro, la aplicación de reformas y recortes ha supuesto recurrir a la "devaluación interna", que ha conducido a la recesión que sufrimos, pero que es imprescindible para acometer los cambios estructurales que sirvan de impulso a la reactivación que precisamos con urgencia.
EL CRECIMIENTO SOSTENIDO
Analicemos algunos de los efectos económicos básicos que se están produciendo a nivel mundial, que pueden servir de base y orientación para adoptar las medidas que Europa necesita con el objetivo de salir del estancamiento, e incorporarse a las economías consolidadas y emergentes.
Japón ha devaluado el yen aumentando la oferta monetaria, e iniciando su influencia en los mercados y el crecimiento de sus exportaciones de forma inesperada y competitiva. Suecia ha duplicado su crecimiento poniéndose a la cabeza de Europa.
Inglaterra ha mejorado la recesión que se temía, y ha aumentado su apertura al exterior. Perú ha potenciado su propia y abundante riqueza y se ha abierto a los inversores, como también lo está haciendo Brasil. EEUU está recuperando su potencial industrial y volverá a ser la auténtica locomotora de la economía internacional. La India destaca por su crecimiento técnico y científico, relajando el tradicional distanciamiento con China, iniciándose una posible alianza que el resto de potencias deben considerar detenidamente.
Sin embargo, los países del Euro cuentan con una moneda sobrevalorada con relación al $, que sin duda solo favorece a EEUU. La política de recortes y ajustes, sin promover crecimiento y competitividad, está disminuyendo nuestro producto interior bruto, y se distancia de los países consolidados, en crecimiento y emergentes.
Por todo ello, Europa necesita una unión financiera, fiscal y política más consolidada; pero sobre todo DEVALUAR EL € CON RELACIÓN AL $, previo estudio del mercado internacional, y de una alianza de libre mercado de doble dirección con EEUU y otros países del Atlántico, a semejanza de la ya acordada e iniciada del conjunto de los países del Pacífico.
(*) Economista y empresario