Un complicado y difícil año 2013 acaba enmedio de nuevas perspectivas,
mejores para unos países y más inciertas para otros. La todavía
locomotora económica mundial, los EE UU, conoce una cierta recuperación
del empleo y del consumo interno por una mayor confianza ciudadana y
empresarial mientras la Bolsa de Nueva York, la primera del Mundo, ha
conocido su mejor año de los últimos quince. Y todo, pese a la reciente
retirada de estímulos de la Reserva Federal con objeto de conjurar
posibilidades de recalentamiento del mercado.
En otro extremo está Rusia. No crece, incluso retrocede. Sus más que
fuertes inversiones en Defensa pese a los ingentes ingresos por venta de
energía está poniendo en riesgo el diseño de Estado social de Putin
como buen ex comunista. Parece, seguro, que busca salida en una especie
de mercado común sobre la base geopolítica de la CEI (Comunidad de
Estados Independientes) partiendo de la básica unión aduanera de la que
no quiere dejar escapar a la eslava Ucrania hacia la Unión Europea.
En Asia, China mantiene tipo y rentabilidad comercial mientras sigue
creciendo a tasas más que aceptables (la pobreza está disminuyendo)
enmedio de reformas constantes y ajustes de rumbo con un único riesgo en
su sector financiero. Y Japón busca romper el conjuro de la
estanflación al tiempo que intenta crecer y reducir endeudamiento antes
de buscar un rumbo sin más dilación.
En América Latina, Méjico y Brasil no tiran del resto de economías de su
órbita (Centroamérica y el Cono Sur respectivamente), hasta el punto de
que la pobreza urbana crece en Argentina de forma significativa. Y en
África, la inseguridad alimentada desde el radicalismo islámico en el
Sahel y Nigeria, imposibilita ahora cualquier oportunidad de crecimiento
enmedio de una crisis global selectiva.
El foco de atención está ahora sobre la Unión Europea (donde el euro
sigue apreciándose respecto al dólar mientras se aleja el riesgo de
ruptura en la eurozona) y más concretamente sobre el sur continental,
sobre el que se cierne una prospectiva fatal de los expertos a medio y
largo plazo. Grecia y Portugal parecen no tener solución de continuidad
pese al rescate tras rescate, muy al contrario que Irlanda, ya fuera de
peligro.
Italia, al igual que España, necesita seguir endeudándose para enjugar
un déficit público galopante que no remite. Francia se revela como muy
tocada por sus menores exportaciones y creciente desempleo por el cierre
de empresas grandes y no tanto.
Y finalmente, España. Sus expectativas de débil crecimiento no aseguran
que pueda digerir el enorme desempleo crónico casi estructural. Además, la deuda de
los hogares alcanza a ser el 80% del PIB. Cierto es que ha vuelto la
inversión extranjera aunque no se dice que es de carácter especulativo
en busca de gangas y rentabilidad a corto y nada productiva, como era
tradicional, con utilidades a largo plazo.
Como colofón un dato sorprendente: el oro se ha desplomado en 2013 como valor refugio frente a la crisis ante la aparición de otras alternativas para estos tiempos.
(*) Periodista y profesor
Como colofón un dato sorprendente: el oro se ha desplomado en 2013 como valor refugio frente a la crisis ante la aparición de otras alternativas para estos tiempos.
(*) Periodista y profesor