PALMA.- Dos de los empresarios detenidos este
miércoles por llevar a cabo como soborno instalaciones de jardines en
fincas de exaltos cargos de Unió Mallorquina (UM) y entonces
responsables del Consell de Mallorca, han pasado esta tarde a
disposición judicial, si bien se encuentran en los calabozos a la espera
de ser interrogados por el titular del Juzgado de Instrucción nº 8,
Juan Pedro Yllanes, quien se encuentra en funciones de guardia, tal y
como han informado fuentes judiciales hoy.
En concreto, los arrestos tuvieron lugar en el marco de una nueva
investigación que ha sido bautizada con el nombre de Operación Garden,
dentro de la cual anoche fue puesto en libertad por la Policía Nacional
un tercer empresario detenido.
Fuentes del caso explicaron que se trata de unas nuevas pesquisas
desarrolladas a instancias de la Fiscalía Anticorrupción en la que se
indaga un presunto desvío de fondos públicos desde la Institución
insular a la UTE que llevó a cabo los anteriores trabajos haciendo uso
del dinero presuntamente defraudado, en concreto durante los años 2006 y
2007, época en la que el Consell estaba presidido por Maria Antònia
Munar.
Durante los últimos días se ha tomado declaración a numerosos
imputados, entre los que se encuentran excargos de la extinta formación
regionalista y más en concreto de la Conselleria de Obras Públicas,
entonces dirigida por Antoni Pascual, mientras que este jueves se
procedió a arrestar a los tres empresarios, que están vinculados a dos
de las tres mercantiles que integraban la UTE investigada y que estaba
relacionada con el desdoblamiento de la carretera Palma-Manacor.
Según las nuevas investigaciones, que constituyen un fleco del
denominado caso Peaje, en lugar de abonar comisiones en efectivo, los
empresarios montaban jardines en las viviendas y trasladaban camiones
cargados con tierra de jardín a los exresponsables del Consell
vinculados a esta supuesta trama.
Cabe recordar que el caso Peaje, en manos del Juzgado de
Instrucción nº 5 de Palma, se inició a raíz de la querella que
interpuso el Ministerio Público contra 16 exaltos cargos del Consell y
empresarios en marzo de 2009 como consecuencia del supuesto desfase de
23 millones de euros que se habría producido sobre los 140 millones
inicialmente presupuestados para el proyecto, que corrió a cargo de la
UTE Desdoblamiento C-715 (integrada por las empresas Melchor Mascaró,
Electro Hidráulica, Obras y Pavimentos MAN, Aglomsa, Itinere
Infraestructuras, MAB y Sacyr).
Los imputados podrían haber incurrido, según los investigadores,
en delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, cohecho y
falsedad en documento mercantil. Sin embargo, algunos de los encausados
han negado un desvío a fines particulares y que el desfase repercutiese
en las arcas del Consell, al defender que la adjudicación de los
trabajos recayó en manos de la empresa Pamasa y fue posteriormente
cuando esta sociedad subcontrató las obras a la UTE.
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