CIUDADELA.- La población de Ciutadella de Menorca vive con todo su esplendor y pasión las fiestas
de Sant Joan 2013, con la afluencia de 30.000 visitantes que colapsan
la ciudad; y los 171 jinetes -caixers y cavallers- con sus caballos de
raza menorquina como protagonistas de excepción.
La Medina Menurka
musulmana, hoy sede episcopal de la diócesis de Menorca, vive y revive
el sentido de una fiesta de origen religioso, que coincide con el
solsticio de verano, y se basa en unos protocolos no escritos,
transmitidos oralmente durante generaciones de padres a hijos.
Una
multitud, ha invadido las calles de la ciudad, ha participado, hasta
las 4 de la madrugada en los actos que empezaron a las 14 horas de ayer
con el "primer toc", el caragol des Born, el oficio religioso en la
ermita de Sant Joan de Missa, y los caragols nocturnos de Ses Voltes y
Santa Clara.
El Caixer Senyor de este año, Simón de Olivar Vivó,
que monta en representación del titular, su tío Carlos de Olivar
Despujol, ha ofrecido a las 3 de la madrugada en Can Olivar de davant
l'Esglesia, en la plaza de la Catedral, la beguda protocolaria a los 171
jinetes -los seis miembros de la Junta de Caixers del bienio y 167
"cavallers", todos ellos payeses- que montan con 245 caballos, en su
gran mayoría, de raza menorquina, que participan en las fiestas de este
año.
A las 8 de la mañana ha acudido el fabioler suplente, Juanlu
Gelabert, a la residencia del Caixer Senyor y ha solicitado la
autorización para iniciar el "replec" (recogida) de los jinetes que
forman la "colcada" de la mañana.
El permiso ha sido concedido por
José Manuel de Olivar Picó, de 8 años, hijo del Caixer Senyor. Ha
vuelto a sonar el "tambor i fabiol".
Las calles y plazas del casco
antiguo de Ciutadella, donde circula la comitiva equina, están
alfombradas con cien toneladas de arena para evitar resbalones y caídas
de los cuadrúpedos.
Durante esta mañana se celebraron las pruebas de
los "jocs i corregudes des Pla", los "caragols" de Ses Voltes y Santa
Clara; la Missa dels Caixers al mediodía en la Catedral; y por la tarde,
"sa convidada", acto en el que el Caixer Senyor invita al alcalde, José
María de Sintas, y la corporación municipal a presenciar los juegos
ecuestres en Es Pla de Sant Joan.
Consisten en "rompre ses
carotes", "córrer abracats" (dos jinetes que corren abrazados al galope
entre la multitud, y "correr s'ensortilla".
En esta última suerte el jinete al galope debe acertar un aro que cuelga de una maroma en Es Pla.
Son
los momentos que entrañan mayor riesgo dado que miles de personas se
aglomeran en el reducido espacio de Es Pla de Sant Joan, situado al
final del puerto.
En el dispositivo de seguridad montado por el
Ayuntamiento de Ciutadella para garantizar el orden y la circulación
rodada, así como el estacionamiento, participan más de 500 personas,
entre agentes de la Policía Local, Policía Nacional, Guardia Civil,
Protección Civil, bomberos, y agentes procedentes de otros municipios.
También
intervinene un grupo de voluntarios que se encarga de "obrir pas" y
formar un pasillo entre la multitud en Es Pla para que los jinetes
puedan correr al galope, lo que evita accidentes.
Todas las calles
del casco antiguo de Ciutadella, por las que discurre la comitiva de
"caixers i cavallers", permanecen cerradas al tráfico rodado.
Las
fiestas proseguirán hasta bien entrada la madrugada, y concluirán sobre las 4
horas de mañana martes, Dia de Sant Joanet, con el "darrer toc" en la
despedida del Caixer Capellà y la protocolaria frase que se
intercambiarán los cavallers de "fins un altre any, si Déu vol".
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