MADRID.-
Ya no se ven carteles de alquiler por las calles.
España ha dejado atrás el negro y naranja que constituía el pistoletazo
de salida de una nueva etapa para cualquier ciudadano común. Todo
funciona por vía internet y, en un mercado inmobiliario en el que la
demanda supera con creces la oferta de vivienda de alquiler,
encontrar un techo bajo el que vivir se ha vuelto una pesadilla. Ya no
sólo por el precio, sino porque la competencia es tal que es necesario
pasar castings para acceder. Como para protagonizar una película.
Concretamente, la de tu vida, ha constatado El Español.
El escenario es agresivo para casi cualquier
persona, pero se vuelve dantesco para los jóvenes. Ya seas estudiante,
debutante en el mercado laboral o simplemente alguien con ganas de ser
independiente, vivir en una de las grandes ciudades españolas se
convierte en una carrera “con una competencia brutal”. Lo certifica Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.
Los
bajos salarios, la inestabilidad del
empleo joven y la reclamada movilidad laboral que ansía un mercado que
prefiere a trabajadores formados más allá de su ciudad natal abocan a
los jóvenes al alquiler como única opción. Y, en muchos casos, se
afronta la búsqueda con una ilusión que acaba destrozada en mil pedazos
frente a la realidad. Una caza con miles de miras puestas en el mismo
objetivo. Porque en España cada día hay más gente que quiere -o a la que
no le queda más remedio- que vivir de alquiler.
El delirio no tiene visos de acabarse. Según
datos de Fotocasa, el precio medio del alquiler no deja de crecer desde
mediados de 2015. A principios de año se situaba en los 8,15€/metro
cuadrado. No se alcanzaban esas cifras desde el año 2010. Y, aunque
todos los expertos consultados por El Español consideran que el precio comienza a tocar techo en las grandes ciudades,
el alza es una tendencia nacional. Sin embargo, el economista y
director general de Civislend -una plataforma de inversión en activos
inmobiliarios-, Manuel Gandarias, considera que será menos
extrapolable a municipios con poca competencia turística. Detrás de
Barcelona y Madrid, las siguientes ciudades en continuar esta estela,
probablemente, sean Valencia y Málaga.
Un propietario puede permitirse poner todas las
barreras del mundo y sobrepasar ciertos límites en cuanto a arrendar el
inmueble es por el boom que vive el sector. “El alquiler en los últimos 20 años era marginal.
Representaba menos del 9% en las grandes ciudades, que es el escenario
por donde se mueve el alquiler. En ese momento, más del 90% de los
españoles vivían en propiedad. Para el alquiler había poco producto y
precios altos”, indica Fernando Encinar. Ese paradigma ya ha cambiado
radicalmente. “Tras la crisis y los cambios legislativos de Zapatero y
Rajoy, en las grandes ciudades el alquiler representa el 25% del parque de viviendas”.
Para
Encinar, la respuesta es bastante taxativa:
hay un boom. “Si entendemos boom como mercado que ha crecido en oferta,
demanda e interés. Burbuja no, porque es en activos de los que eres
dueño, técnicamente. Es cuando hay personas que compran activo solo por
el hecho de que creen que van a poder venderlo por encima. No hay
burbuja por rentabilidades, que es lo que busca un propietario que pone
su vivienda en alquiler, es un oxímoron”.
El experto relata que, en la actualidad, los inversores compran casas a tocateja,
sin financiación, para dedicarlas al alquiler. Así, en un hipotético
escenario de bajada brutal del precio del alquiler, un hipotético
estallido de la burbuja, “no habría exposición bancaria, no habría
contagio sistémico. Seguiríamos viviendo igual. El propietario bajaría
su rentabilidad, pero sería un problema financiero del propietario. En
caso de que se diera ese hipotético en una hipotética burbuja, no
tendría impacto sistémico”.
“Está afectando a aquellas personas que dicen sentirse expulsados cuando hace cinco años fueron expulsadores.
Pudo pagar más y el inquilino que vivía antes se tuvo que ir. En Madrid
no se puede hablar de que me expulsan del centro como si me mandaran al
abismo”, afirma el responsable de estudios de Idealista.
El
fuerte incremento de precios en los arrendamientos tiene varios
factores a tener en cuenta. Primero, la imposibilidad de la compra para
muchos bolsillos. Segundo, el interés de los inversores por la compra de
vivienda para ponerla en alquiler por las altas rentabilidades. También
la pérdida de poder adquisitivo. Además, ahora los inmuebles que salen
al mercado lo hacen en condiciones radicalmente distintas que en
anteriores ocasiones.
Otro factor es que, como reflejan diferentes estudios de Fotocasa, se está produciendo un cambio de mentalidad de los españoles
a favor del alquiler: ya solo 2 de cada 10 españoles creen firmemente
que arrendar suponga perder dinero y 4 de cada 10 considera que se está
produciendo un cambio de tendencia y cada vez se alquilará más y se
comprará menos.
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