MADRID.- ‘Limited American Iberico Edition’. Es la carta de presentación del cerdo ibérico en Estados Unidos, donde no
existe ningún impedimento para criar, producir y comercializar un
alimento fuertemente vinculado a España. Una de las primeras en
aprovechar esta oportunidad fue Iberian Pastures, fundada por dos estadounidenses de padre extremeño
(Kurt y Jaime Oriol) al sur de Georgia. Dicha productora cárnica
alimenta a sus animales con cacahuetes en lugar de bellotas y vende
ibéricos ‘made in USA’ a través de canales como Amazon, relata El Confidencial.
Y está en todo su derecho. “¿Por qué no van a poder hacerlo? El término ‘ibérico’ no está protegido
en el mundo, muy a nuestro pesar”, explican desde la industria porcina.
Eso es lo que está a punto de cambiar, o esa es la voluntad tanto del Ministerio de Agricultura
como de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (Asici).
La
herramienta para hacerlo es la indicación geográfica protegida (IGP),
una especie de sello con el que sería posible blindar el ibérico
español en la Unión Europea. En la actualidad, basta con que un ganadero
tenga animales con un 50% de tronco racial ibérico para calificarlos
como tal, incluso aunque se críen fuera de España.
“El
Gobierno apoya las iniciativas que nacen del sector para la
protección (como IGP) de los productos que se elaboran en distintas
zonas de España”, responden fuentes de Agricultura tras ser preguntadas
por el jamón ibérico. No obstante, el procedimiento para activar la
indicación geográfica protegida es lento y engorroso, debe ser avalado
por las administraciones públicas y debe pasar los filtros de la Comisión Europea en última instancia.
“La
raza no es lo único que diferencia a un producto, también la zona en la
que ha sido producido. Todos estamos de acuerdo en que hay que blindar
el término ibérico con una IGP para toda la Península, incluido Portugal”,
sostienen desde la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico
(Asici), que representa a los ganaderos y a la industria transformadora.
Pero no basta con una declaración de intenciones. La pelota está en el tejado del sector porcino, que deberá agruparse para solicitar esta protección formalmente.
La
interprofesional del cerdo lo sabe y está dispuesta a mover ficha. De
hecho, tiene prevista una reunión con el ministerio en septiembre para
abordar este tema.
“Estamos trabajando en ello. El blindaje del ibérico serviría para mejorar su promoción y dar garantías a los consumidores
no solo en nuestro país [donde ya se certifica con un sistema de
precintos blancos, verdes, rojos y negros recogidos en la Norma de
Calidad española] sino en toda Europa”, añaden desde esta organización.
"Estamos preparando estudios con diferentes universidades
para reforzar esa identificación del jamón ibérico en todo el mundo, de
manera que nadie lo pueda producir fuera de España y Portugal", avanzó
el presidente de Asici en una reciente entrevista con RNE. Antonio
Prieto descarta que otros países como México estén interesados en emular a Estados Unidos, pues "allí son respetuosos con un proyecto que saben que es nuestro".
Los ‘ibéricos americanos’ respiran tranquilos
En cualquier caso, los ‘American Iberico’ quedarían exentos porque la indicación geográfica protegida solo se aplica en la Unión Europea,
despejando el camino tanto a Iberian Pastures como a Acornseekers LLC.
Este último negocio empezó con dos emprendedores españoles que
capturaron a 145 cerdas madres en España para llevárselas a Texas,
acompañadas de cinco machos.
Hoy manejan más de 3.000 ejemplares
ibéricos 100% puros de bellota y despertaron el interés del mismísimo ‘carnicero’ de Mercadona,
Incarlopsa. El interproveedor de los supermercados compró el 67% de
Acornseekers a principios de este año, sin desvelar el importe de la
operación.
Lo mismo ocurre en Asia, donde el jamón ibérico tampoco quedaría protegido. Y no hablamos de un mercado baladí. China es uno de los mayores consumidores de cerdo a nivel mundial,
hasta el punto de que se ha convertido en segundo cliente de España por
volumen de exportaciones.
Las ventas de producto porcino a ese país han
aumentado un 273% en los últimos cinco años, un porcentaje que podrá
duplicarse gracias al acuerdo comercial firmado entre ambos países a finales de 2018.
Si todos están de acuerdo con impulsar la IGP para proteger uno de nuestros bienes más preciados —como ocurriera con el champán en Francia o la carne de kobe en Japón—, ¿por qué tarda tanto en salir adelante?
“Hay
miedo a que Bruselas tire abajo el proyecto por pretender incluir no
solo al ibérico puro (100%), sino a mezclas (al 75% o incluso al 50%,
como marca la norma española). La raza se ha prostituido”, critican fuentes del sector.
Otros
apuestan por la creación de una única denominación de origen protegida
(DOP) que abarque no solo al cerdo que se alimenta de bellota en la
dehesa. “Cuatro de cada cinco cerdos se crían en ganadería intensiva
porque no hay espacio para todos. ¿Por qué íbamos a dejarlos fuera?”,
plantea Rafael Fuertes en un encuentro con este periódico.
El presidente
ejecutivo del Grupo Fuertes (El Pozo) es partidario de “blindar todo lo posible al cerdo ibérico para que nadie se vaya a producirlo al extranjero”.
“Ya
estaba empezando a pasar lo mismo que con el aceite de oliva: algunos
se llevaban el jamón ibérico a Italia para lonchearlo y lo vendían como si fuese italiano.
Pero ese problema se cortó de raíz”, desliza Fuertes.
Tampoco era
difícil encontrarse con un chorizo de otra procedencia pero con una
bandera de España en supermercados húngaros o polacos, añade Alfonso Alcázar, director general del grupo Tello Alimentación. El también presidente del Consorcio del Chorizo
Español impulsó dicha asociación —que cuenta con el apoyo del ICEX—
precisamente para impulsar y proteger este otro producto en el
extranjero.
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