SANTANDER.- Las familias y empresas españolas
pagarán este año 17.000 millones en intereses por su deuda frente a los
106.000 millones que abonaron en 2008, según ha destacado el director de
Coyuntura de Funcas, Raymond Torres, en un curso de la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
Así, este
año las familias pagarán unos 5.200 millones por este concepto frente a
los 42.000 millones de 2008; mientras que las empresas tendrán que hacer
frente a cerca de 11.600 millones, que en 2008 fueron 64.000 millones.
Según ha informado Funcas en un comunicado, Raymond
Torres ha advertido de que, si bien por ahora la economía "se muestra
inmune" a la desaceleración global, la sostenibilidad de la expansión
"no está garantizada".
Durante su ponencia, ha
explicado que el nivel de producción previo a la crisis se recuperó en
2017 y el número de afiliados a la Seguridad Social está cruzando el
máximo de cerca de 19,5 millones alcanzado antes de la recesión.
Y
está ocurriendo, a su juicio, como consecuencia del "tirón" del consumo
privado, el "saneado" balance de las empresas y la aportación de la
política fiscal, con un aumento del gasto público en consumo e
inversión.
También ha destacado que los bajos tipos de
interés han favorecido el crecimiento, sobre todo por el "aligeramiento
de las cargas financieras para todos los sectores" por el que los
hogares españoles se han ahorrado 17.000 millones de euros en pagos por
intereses, una cifra que alcanza los 27.000 millones en el caso de las
empresas no financieras.
Sin embargo, el director de Coyuntura de Funcas ha matizado que "las cicatrices de la crisis no se han cerrado".
"La
tasa de paro, aunque en constante disminución, todavía dobla la media
europea, mientras que la precariedad se ha extendido", ha lamentado
Torres, antes de añadir que el porcentaje de personas por debajo del
umbral de la pobreza o en riesgo de exclusión es "uno de los más
elevados de Europa" y que la deuda pública alcanza "prácticamente un año
de riqueza nacional".
En su opinión es "crucial"
prolongar la fase expansiva y prevenir la aparición de nuevos
desequilibrios que cree que harían a España "de nuevo vulnerable ante
nuevas turbulencias".
Además, ha destacado que los
principales desafíos son mantener la fortaleza del pilar externo,
"debilitado" en los últimos trimestres, e implementar reformas que
mejoren la calidad del empleo, pero que también potencien el tejido
productivo.
Por último, Torres se ha referido a la
inercia del déficit público que, pese al "buen" momento económico, deja
"escaso margen de reacción ante posibles turbulencias".
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