Ahora BDL, la patronal de la aviación, en la que obviamente Lufthansa tiene la voz cantante, se ha sumado a las protestas con una dura acusación de Matthias von Randow, su presidente, que ha aprovechado una entrevista en el dominical del Die Welt, para decir que los costes que tienen que asumir son abrumadores. “Lo que necesitamos es una moratoria sobre las tarifas de transporte aéreo. Las cargas que soportamos no deben seguir subiendo”, remarca.
Según Von Randow, “una de las principales razones de la desaparición de la oferta de vuelos en Alemania es el enorme aumento de los costes”. Los impuestos estatales para un A320, por ejemplo, son entre tres o cuatro veces más elevados en Alemania que en Francia o España, equivalentes a 4.000 euros por vuelo.
Las aerolíneas se oponen a que los aeropuertos trasladen sus pérdidas a las aerolíneas y también esperan que los costes brutales de reducir las emisiones contaminantes caigan exclusivamente sobre ellas y sus clientes. “Los miles de millones de euros procedentes de los ingresos del impuesto al tráfico aéreo deberían utilizarse para este fin”, dice Von Randow.
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