BRUSELAS.- El Gobierno italiano bloqueó este jueves la adopción de conclusiones de
los temas abordados en la primera sesión de trabajo de la cumbre de
líderes de la Unión Europea (UE) hasta ver si es posible llegar a un
acuerdo sobre política inmigratoria que satisfaga sus demandas. Un
bloqueo que supone un duro revés a la canciller alemana, Angela Merkel,
que llegó a la Cumbre con el desafío de los conservadores bávaros, que
exigen un giro derechista a su política migratoria.
Fuentes
europeas indicaron que el primer ministro italiano, Giuseppe Conte,
defendió en la reunión que debe aplicarse el principio de que “nada está
acordado hasta que todo está acordado” y que Roma se reserva el derecho
de evaluar su posición sobre todas las partes del documento final hasta
que se conozcan las decisiones en inmigración.
Minutos
después, el Consejo Europeo confirmó en un comunicado que “un Estado
miembro reservó su posición sobre las conclusiones completas”, por lo
que “no se ha acordado ninguna conclusión” hasta el momento.
Esto
obligó a posponer hasta este viernes, tras la segunda jornada de
cumbre, la rueda de prensa del presidente del Consejo Europeo, Donald
Tusk, y el de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, prevista
inicialmente para este jueves.
En
la primera sesión de trabajo, que comenzó a las 13.00 GMT, los
Veintiocho abordaron los avances en las políticas de seguridad y
defensa, la situación del comercio global tras la imposición de
aranceles por parte de Estados Unidos, el marco financiero plurianual
para el periodo 2021-2027 y las sanciones a Rusia por el derribo del
avión MH17.
Fuentes
europeas indicaron que había acuerdo entre el resto de Estados para
aprobar las conclusiones sobre estos puntos y que, a la vista del
bloqueo italiano, los líderes debatieron durante más de 30 minutos el
procedimiento a seguir en ese caso y concluyeron que sin unanimidad no podían aprobarse.
El
debate sobre inmigración ha comenzado ya durante la cena de trabajo de
los líderes y continuará tras la misma para acordar cambios en la
gestión migratoria europea. El objetivo es dar respuesta a una crisis
que, admiten, es política y no de refugiados (las llegadas a la UE por
el Mediterráneo se han reducido en un 96 % desde la crisis de 2015).
Conte,
que preside un gobierno integrado por los antisistema del Movimiento 5
Estrellas y la ultraderechista Liga, ya había advertido a su llegada a
la cumbre de que Italia no descartaba vetar el acuerdo si no obtenía
garantías de una mayor solidaridad
de sus socios.
“Italia no necesita declaraciones verbales, sino hechos
concretos. Esta es la ocasión adecuada (…) En lo que a mí respecta,
estoy dispuesto a sacar todas las consecuencias debidas”, dijo.
El
nuevo Ejecutivo de coalición italiano, que abandera una retórica
anti-inmigración, está decidido a bloquear un acuerdo si no se recogen
los puntos esenciales de su propuesta migratoria.
Para
Italia, uno de los principales puntos de llegada a Europa de migrantes
irregulares, el acuerdo solo será posible si recoge la creación de
centros para inmigrantes en países de origen y tránsito, reconoce que
los desembarcos en Italia lo son en Europa y la responsabilidad debe ser
compartida en la UE, apoya cambiar el sistema de Dublín que obliga a
pedir asilo en el país de llegada y se prioriza la financiación para el
Norte de África.
Un bloqueo que pone contra las cuerdas a Merkel
En
el otro lado de la mesa, la canciller alemana, Angela Merkel,
partidaria de la acogida, necesita un acuerdo europeo para contentar a
su ministro del Interior, Horst Seehofer, y evitar el colapso del
Gobierno en un momento de auge del partido ultraderechista AfD.
Desde
hace semanas la atención política en Alemania está centrada en la
exigencia de Seehofer de implantar su llamado “plan maestro” para
contener la llegada de refugiados e inmigración ilegal.
Se
sabe que consta de 63 puntos, que el ministro no ha presentado por
falta de consenso con la canciller y cuyo punto más conflictivo es el
propósito de impedir la entrada a Alemania de refugiados rechazados y
registrados anteriormente en otro país europeo. Para conseguirlo, está
dispuesto a cerrar las fronteras, lo que Merkel rechaza mientras insiste
en la necesidad de buscar una política migratoria común en la UE.
Merkel ha defendido que, a falta de acuerdos europeos, podrían sellarse pactos bilaterales
con los países implicados para abordar el problema, una opción que
apoya España. Roma, sin embargo, pide primero un acuerdo a Veintiocho.
En
este contexto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, presentó
este jueves el refuerzo de las fronteras exteriores y las plataformas
en países terceros
como una medida necesaria para evitar otras propuestas “realmente
duras”.
“La alternativa a esto sería un avance caótico hacia el cierre
de las fronteras, también dentro de la UE, así como conflictos
crecientes entre Estados miembros de la UE”, advirtió.
Según
se recoge en el último borrador de conclusiones, los líderes
respaldarán desarrollar “plataformas regionales de desembarco” fuera de
la UE en cooperación con la Agencia de Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones
(OIM).
En estas plataformas se determinaría, antes de su partida hacia Europa,
si se trata de inmigrantes económicos o de refugiados que sí tienen
derecho a protección.
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