PALMA.- Mallorca sigue guardando secretos. Te proponemos cinco lugares pare
descubrir que quizás no conocías. Y si has ido alguna vez, no tardes en
volver a visitarlos: cada viaje vale la pena.
Es Jonquet. Se trata de una de las zonas más bonitas
dentro de Palma, y puede que una de sus áreas más desconocidas para la
población general. Está situada muy cerca de Jaume III, al lado de Santa
Catalina y del Paseo Marítimo. Es Jonquet es un oasis de paz dentro de
la gran urbe: un pequeño pueblo dentro de la ciudad que ha conseguido
preservar el encanto del antiguo barrio de pescadores que todavía hoy
encandila al transeúnte. La serenidad y quietud se puede respirar en
cada rincón y en cualquier momento mientas se admiran la casitas
antiguas y los molinos ubicados en la zona que, aún hoy, se erigen como
símbolo del barrio.
Avenc de Son Pou. Se trata de una formación geológica
que abruma por su belleza e inmensidad. Es una cueva de unos 150 metros
de largo, por 70 de ancho, situada en el interior de una montaña hueca,
con un gran agujero en la parte superior que permite la entrada de luz,
lo que hace a este lugar aún más mágico. Como curiosidad, cabe destacar
que ha sido refugio de los poetas de la Escola Mallorquina que acudían a
este enclave buscando el romanticismo, la intimidad, y la inspiración
que sólo la naturaleza puede proporcionar. La entrada al Avenc de Son
Pou es libre y gratuita, y se recomienda precaución cuando se vaya a
visitar, por el peligro que puede suponer una caída al interior.
Cala de Llucalcari. Se trata de una pequeña playa
situada muy cerca de Deià, en la Serra de Tramuntana. Es un hemoso
enclave, de aguas cristalinas, dividido en dos zonas: una de rocas y la
otra con grava. En la segunda, debido a un canal de agua que baja de la
montaña, se forman charcos de barro con tierra arcillosa que según los
lugareños, tiene propiedades terapéuticas. Además de disfrutar de la
excursión que te llevará hasta este punto, no dejes escapar la
oportunidad de darte un buen 'chapuzón' en el barro.
Biniali. Es una bonita población que se encuentra en el
municipio de Sencelles, muy cerca de Binissalem y Consell. Con
aproximadamente 200 habitantes es un claro ejemplo del encanto de los
llogarets de Mallorca, en los que además de admirar su belleza, podrás
gozar de la tranquilidad que ofrecen. Cuando vayas a Biniali, te
recomendamos que, además de pasear por el pueblecito y visitar su
iglesia, aproveches la ocasión para acercarte a otros llogarets cercanos
como Cascanar o Jornets.
Torre des Verger. A un kilómetro y medio de Banyalbufar
hacia Estellencs, sobre un vertiginoso acantilado, se yerge la Torre
des Verger desde el año 1.579. Se construyó para alertar de los ataques
piratas, objetivo común de las muchas atalayas que a día de hoy existen
repartidas por toda la isla, y que cumplían con su cometido con humo
durante el día, y con fuego durante la noche. La torre, de planta
circular de casi cinco metros de diámetro y con más de dos metros y
medio de altura, ha sido comprada por Luis Salvador en 1875, enamorado
de las vistas que se divisan desde tan hermoso enclave: el perfil de la
isla Dragonera, y la línea de mar hasta el cabo Gross de Sóller. Lo
ideal es hacer una pequeña excurisón para llegar hasta este punto, y
regalarse, como premio, la maravillosa panorámica que aparecerá ante tí.
Cala de Banyalbufar. Se trata de una pequeña playa
situada en el municipio con el mismo nombre, de 100 metros de largo y
tan sólo 15 de ancho. De aguas cristalinas ideales para el buceo, se
trata de una cala de rocas abrigada por una enorme pared de piedra, que
está reforzada a causa de los continuos desprendimientos que se producen
en la zona. Una de las cosas más curiosas del enclave es la formación
de una pequeña cascada, que los bañistas usan como ducha natural,
cuando el agua baja de la montaña. Las dimensiones y la dificultad media
de su acceso, protegen a esta playa de sufrir una ocupación masiva.
Bonus. Reloj 'Temps vertader'. Más que un rincón que
visitar, es una invitación a fijarse en lo que nos rodea para no
perdernos obras como esta que se encuentra detrás en la glorienta del
náutico de cala Gamba. Se trata del reloj de sol construido en 1981 por
Rafael Soler Gayà. En él se explica cómo puedes convertir el tiempo
verdadero en tiempo real e incluye una inscripción que dice 'Mariner, tu
que pretens de bon cap i glosador: ¿me vols fer una cançó que anomeni
tots els vents? Llevant, xaloc i migjorn, llebeig, ponent i mistral,
tramuntana i gregal: vet aquí els vuit vents del món" ('Marinero, tú que
presumes de buena cabeza y glosador: ¿me quieres hacer una canción que
nombre a todos los vientos? Levante, siroco y mediodía, lebeche,
poniente y mistral, tramontana y gregal: he aquí los ocho vientos del
mundo).
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