MAHÓN.- Los empresarios marítimos del puerto de Maó, en especial los
consignatarios de cruceros turísticos, mostraron ayer su disgusto por la
“poca transparencia” con la que gestiona Autoridad Portuaria de Balears
(APB) la información sobre el calado de las aguas de la rada, según publica el diario 'Menorca'.
Mientras que el director del ente en Menorca, Jesús Fernández Reyes, confirmaba recientemente la pérdida de profundidad del puerto en algunos puntos y la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, admitía que este hecho podría afectar a unas cinco escalas de cruceros, los afectados directamente por esta situación, las empresas consignatarias, continúan sin tener información oficial al respecto. Y eso a menos de quince días de la llegada prevista de uno de los grandes cruceros que debe atracar en Maó, el “Saga Sapphire”, de 8,42 metros de calado.
Mientras que el director del ente en Menorca, Jesús Fernández Reyes, confirmaba recientemente la pérdida de profundidad del puerto en algunos puntos y la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, admitía que este hecho podría afectar a unas cinco escalas de cruceros, los afectados directamente por esta situación, las empresas consignatarias, continúan sin tener información oficial al respecto. Y eso a menos de quince días de la llegada prevista de uno de los grandes cruceros que debe atracar en Maó, el “Saga Sapphire”, de 8,42 metros de calado.
Fuentes
de APB apelaron ayer de nuevo a cuestiones de seguridad interna del
puerto para no concretar y presentar los resultados de las batimetrías
realizadas. Un argumento que indigna al presidente de la Asociación
Provincial de Empresarios de Actividades Marítimas (APEAM) en Menorca,
José Ignacio Seguí Chinchilla, quien considera que esos datos “tienen
que ser públicos, a la fuerza se tienen que poner en las cartas de
navegación, porque la seguridad consiste en que un capitán de un buque
sepa qué cantidad de agua tiene debajo de la quilla, lo otro es una
barbaridad”, afirmó.
Seguí Chinchilla no ahorró críticas hacia
el ente gestor del puerto y declaró que “debe de ser el único puerto”
en el que no se conoce con detalle su calado cuando, además de la
seguridad básica para la navegación, están en juego muchos negocios.
Recordó el responsable de APEAM que las escalas de cruceros se programan
con un año de antelación y que la mayoría de las excursiones de los
cruceristas son contratadas por éstos con los paquetes turísticos.
El hecho de que un crucero pueda o no entrar en el puerto y de que se sepa con la suficiente antelación no es algo baladí, sino un problema que preocupa, y mucho, a los consignatarios, ya que puede traer consigo la anulación de escalas o la pérdida de dinero y la obligación de indemnizar a los pasajeros que no puedan cumplir con la ruta y las visitas que compraron para sus vacaciones por el Mediterráneo.
El hecho de que un crucero pueda o no entrar en el puerto y de que se sepa con la suficiente antelación no es algo baladí, sino un problema que preocupa, y mucho, a los consignatarios, ya que puede traer consigo la anulación de escalas o la pérdida de dinero y la obligación de indemnizar a los pasajeros que no puedan cumplir con la ruta y las visitas que compraron para sus vacaciones por el Mediterráneo.
“Esto
es un sinvivir, no se puede llevar una empresa así, alguien tiene que
informar a los consignatarios para que avisen a sus principales”, afirmó
Seguí Chinchilla. En cuanto a otro tipo de tráfico “cautivo”, como el
del transporte regular de pasajeros y mercancías o el de combustibles,
el presidente de APEAM recordó que dichos barcos “tienen que ir a media
carga” si no existe el calado suficiente o no se da a conocer la
profundidad en las zonas de atraque. APEAM seguirá a la espera de la
información sobre el calado y solo encargará la realización de una
batimetría independiente “cuando Autoridad Portuaria diga que para la
entrada de un barco”.
Además, Seguí calificó de “insulto a los
mahoneses” la teoría de APB de que el calado está en constante
variación por el movimiento de la masa del fondo y de los lodos, “cuando
hace un año que realizaron análisis y encontraron fango solo en 23
puntos de los 68 analizados”.
En relación a la bajada de las
tarifas del remolcador, el delegado de APEAM subrayó que ésta solo se
aprobó para los buques que transportan mercancías peligrosas “que
pagaban más del doble que en otros puertos”, pero al mismo tiempo se ha
compensado con un aumento de precios del servicio para el resto de
barcos.
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