Esta palabreja se ha puesto de
moda entre los advenedizos de la modernidad pero provoca alarma entre
los periodistas decentes, porque esconde intenciones aviesas que voy
a tratar de averiguar.
Posverdad
o mentira emotiva es un neologismo que describe la distorsión
deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la
opinión pública e influir en las actitudes sociales, en la que los
hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las
emociones y a las creencias personales.
En
cultura política, se denomina política de la posverdad a aquella en
la que el debate se enmarca en apelaciones a emociones
desconectándose de los detalles de la política pública, y por la
reiterada afirmación de puntos de discusión en los cuales se
ignoran los hechos reales. Se resume en la idea de que "el
que algo que aparente ser verdad es más importante que la propia
verdad".
David
Roberts acuñó el término "política de la posverdad" en
un blog para la revista electrónica Grist el 1 de abril de 2010,
donde la definió como "una cultura política en la que la
política (la opinión pública
y la narrativa de los medios de comunicación) se han
vuelto casi totalmente desconectadas de la política pública (la
sustancia de lo que se legisla)".
Para
el sociólogo Félix Ortega la
manipulación de la información hace que el público no pueda
conocer qué es verdad y qué falsedad.
Esto se debería a la transformación de la comunicación política
en propaganda, la pérdida
de principios éticos por el periodismo actual y su sometimiento a
intereses totalmente particulares
así como la puesta en escena de los políticos hacia el espectáculo,
la manipulación y la fragmentación de la ciudadanía.
HABLANDO
CLARO
Como
su propio nombre indica, ‘posverdad’ es lo que viene después de
la verdad, que no puede ser otra cosa que la mentira dulcificada,
como una gragea amarga, para que sea más fácil de tragar. Es muy
bueno que dos y dos sumen cinco, pero no es cierto.
La
posverdad es sencillamente mentira o estafa encubierta con el
término políticamente correcto de ‘posverdad’, que ocultaría
la tradicional propaganda política y el eufemismo de las relaciones
públicas y la comunicación estratégica como instrumentos de
manipulación y propaganda.
Esta
fantasía se puede producir a través de la inteligencia artificial
que crea una realidad virtual tan espectacular como un videojuego,
pero que no es otra cosa que una distorsión de la realidad.
¿A
quién beneficia este engaño? A los de siempre. A los que tratan de
manipularnos para convertirnos en zombis hipnotizados por las
pantallitas de los móviles que sean muy fáciles de manejar mientras
ellos se forran a nuestra costa.
NO
ES NUEVO
Parece
nuevo pero es viejo, muy viejo. Es lo que viene sufriendo la Humanidad desde
hace trece mil años en que se produjo el hundimiento de la
Atlántida. ¿Quién es el padre o el rey de la mentira? Las
tradiciones espirituales lo llaman el inicuo, el demonio, Satanás o
Lucifer, pero tiene muchos nombres y no es uno sino legión de entes
oscuros a los que los brujos mejicanos llaman depredadores y cuentan
con muchas marionetas entre nuestra especie, especializados en chupar
la sangre a la Humanidad.
La
alarmante novedad que tenemos ahora es el desarrollo de la
inteligencia artificial aplicada en beneficio de unos pocos y en
contra del bien común de toda la Humanidad, que es la libertad y la
soberanía de todos y cada uno de los ciudadanos y el beneficio de
todas y cada una de sus comunidades. El desarrollo más preocupante
es el de las computadoras cuánticas (Rusia está en la vanguardia)
porque pueden hacer cosas increíbles, hasta el extremo de que un día
pueden convertirse en nuestros amos y nosotros en sus esclavos.
‘POSDEMOCRACIA’
En
su libro de 2004 Post-democracy, Colin Crouch utilizó el concepto
"posdemocracia" para dar cuenta de un modelo de política
donde "el debate electoral público es un espectáculo
estrechamente controlado, gestionado por equipos rivales de
profesionales expertos en técnicas de persuasión, y considerando
una pequeña gama de temas seleccionados por esos equipos."
En
2016, la etiqueta ‘posverdad’ fue especialmente usada para
describir la campaña presidencial de Donald Trump, tanto por
periodistas y columnistas como por académicos de la ciencia política
y la historia de Harvard. La explicación de la posverdad también
fue utilizada para describir la campaña a favor de la salida del
Reino Unido de la Unión Europea en el referéndum de 2016.
El
mayor arma de destrucción masiva que existe es la mentira, y la
mayor liberación de la Humanidad es la revelación de la Verdad.
Por lo tanto sigan atentos a este tema y no se dejen engañar.
(*) Periodista