LONDRES/MADRID/PALMA.- El Reino Unido investiga desde hace unos meses un brote con
al menos cuatro casos de una variante de la gonorrea resistente a casi
todos los antibióticos. Tres de los cuatro infectados son
británicos que fueron a Ibiza en verano y tuvieron relaciones sexuales
sin protección con compatriotas, según un estudio que aparece en la
revista ‘Eurosurveillance’.
El otro infectado tuvo relaciones en Reino
Unido con una de las mujeres que estuvo en Ibiza y que ya estaba
afectada. La cepa implicada es la FC428, surgida en
China o el sudeste asiático y que hasta ahora solo había causado casos
esporádicos fuera del continente. Los investigadores alertan ahora del
peligro de que la gonorrea se propague por Europa.
“Es muy posible que
la transmisión entre nuestros casos haya ocurrido entre los residentes
del Reino Unido que visitan Ibiza, un destino de fiesta europeo muy
conocido, por lo que existe el riesgo de que se produzca una transmisión
no detectada”, advierten. La enfermedad afecta a genitales, boca y
recto, que pueden doler o supurar.
Según informa ‘El País’, el primer caso fue detectado en octubre en una clínica de salud sexual del Reino Unido. La paciente, que sufría molestias en el aparato urinario, pasó unos días en Ibiza y mantuvo relaciones sexuales sin protección con más de un compatriota.
Luego hubo un segundo caso en el que una mujer también mantuvo sexo sin
protección con un hombre. En ese momento, los investigadores
descubrieron que la primera y segunda mujer habían tenido relaciones con
el mismo hombre, que sin embargo dio negativo en los análisis.
El cuarto infectado del brote es otro hombre, con quien la mujer del segundo caso mantuvo relaciones en Reino Unido cuando aún estaba asintomática.
En todos los pacientes, la bacteria mostró su resistencia a los antibióticos y fue muy difícil de eliminar.
Londres emitió tras investigar lo sucedido una alerta internacional
por los contagios producidos de manera circunstancial en Ibiza y avisó a
España y en concreto a Baleares.
Hace aproximadamente un mes, la Dirección General de Salud Pública del Govern balear confirmó que en
ninguno de los hospitales de Ibiza se registró ningún caso de gonorrea
perteneciente a la cepa sobre la que se emitió la alerta.
La Consellería de Salud detectó durante 2017 un total de 485 casos de
infección gonocócica, un 66%más que en 2016, y 207 casos de sífilis, un
17,8% más que el año anterior. Así lo revela el informe de la Red de
Vigilancia Epidemiológica de Baleares correspondiente a 2017, que señala
que estas dos enfermedades “presentan aumentos considerables de la
incidencia afectando prácticamente a todos los ámbitos”, todas las Islas
y Palma.
La tasa de infección gonocócica en Baleares se situó en 43,5 casos
por cada 100.000 habitantes en 2017, mientras que en el año 2016 era de
26,4 puntos, y un índice epidémico de 2,74 puntos, “indicativo de
incidencia por encima de los valores esperados”, según el informe, que
detalla que tras una tendencia descendente en los años 80 y 90, desde 2010 la tasa ha ido aumentando progresivamente.
Del total de casos, 300 corresponden a Palma, lo que marca una tasa por
encima de 70. La mayor parte de los casos de gonorrea detectados en
2017 se notificaron desde centros específicos de atención a infecciones
de transmisión sexual (215), 159 fueron notificados desde atención
primaria y otros 111 por hospitales. El 82% de los pacientes eran
hombres.
La resistencia a uno de los agentes que integran el actual
tratamiento de la gonorrea, la azitromicina, amenaza la efectividad de
la terapia contra la enfermedad, según los resultados del
Programa Europeo de Vigilancia de Antimicrobianos Gonocócicos
(Euro-GASP, por sus siglas en inglés) del Centro Europeo de Prevención y
Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Los países del espacio económico europeo analizaron 3.248
aislamientos gonocócicos en 2017 que revelaron que la resistencia a la
azitromicina se situaba en un 7,5 por ciento, mientras que la de la
cefixima, otro tratamiento para la gonorrea, se situaba en un 1,9 por
ciento. Estos porcentajes se mantenían invariables respecto a los datos
de 2016, que cifraban esta resistencia en un 7,5 por ciento y un 2,1 por
ciento, respectivamente.
Además, el número de países que informaron acerca de aislamientos
resistentes para cada antimicrobiano aumentó. Pero, por segundo año
consecutivo, no se detectaron aislamientos con resistencia a la
ceftriaxona, otro agente del tratamiento, en comparación con uno en
2015, cinco en 2014 y siete en 2013.
Según los resultados, el 86 por ciento de los pacientes recibieron
ceftriaxona con o sin azitromicina. El uso de dos antimicrobianos para
el tratamiento de la gonorrea, que se introdujo en 2012, probablemente
contribuyó a una mayor susceptibilidad a la ceftriaxona, según el
informe.
“El hecho de que no hayamos visto resistencia a la ceftriaxona en los
aislamientos analizados en dos años consecutivos es prometedor. Pero,
al mismo tiempo, el persistente nivel de resistencia a la azitromicina en Europa es una preocupación mayor
para nosotros porque compromete la terapia dual con ceftriaxona
recomendada”, ha explicado el experto del ECDC Gianfranco Spiteri.
“No hay una vacuna disponible y la capacidad para vigilar patrones de resistencia es insuficiente en algunas regiones.
Si los antibióticos comunes dejan de funcionar por la resistencia,
tenemos alternativas muy limitadas para tratar la gonorrea de forma
exitosa”, ha avisado Spiteri.
Tratar la gonorrea con antibióticos eficaces reduce el riesgo de complicaciones de la enfermedad, como enfermedad pélvica inflamatoria, embarazos ectópicos, infertilidad y un aumento de la transmisión del VIH
y análisis regulares para diagnosticar y tratar infecciones por la
enfermedad en un estadio precoz, es una de las principales estrategias
de salud pública para reducir la transmisión de la gonorrea. Se
diagnosticaron casi 500.000 casos de gonorrea entre 2007 y 2016 en los
países del espacio económico europeo.
No obstante, la integridad de los datos de los aislamientos del
Euro-GASP con respecto al curso de tratamiento utilizado debe mejorar,
puesto que la información sobre los mismos sólo estuvo disponible para
el 37 por ciento de los aislamientos analizados en 2017.