MADRID.- Nuevos
vientos de huelga sobrevuelan el espacio aéreo español. Amenazas
estivales que a algunos les suena a la misma música escuchada hace ahora
casi ocho años. Eran otros tiempos... y otro Gobierno. Pero las
protestas laborales no entienden de ideologías. Ayer, los controladores
del aeropuerto de Barcelona-El Prat anunciaron que irán a la huelga este verano, recoge hoy Abc.
Los trabajadores reclaman un aumento de la plantilla,
que consideran insuficiente para afrontar el tráfico que se genera en
la instalación, que se encuentra en cifras récord. Unos paros -en
principio, de 24 horas y a partir del próximo 20 de junio-, que podrían
concluir, de no llegar a un acuerdo entre ambas partes, en un nuevo caos
aéreo con efectos devastadores para el turismo español y en el que los
verdaderos damnificados son millones de pasajeros.
Así, según ha
podido saber Abc de fuentes próximas al Ejecutivo de Mariano Rajoy, el
Gobierno baraja la posibilidad de «desempolvar» un modelo de concesiones
a empresas privadas que retomaría la paralizada liberalización del
sector de las torres de control aún en manos públicas, siguiendo los
planes iniciados por el equipo de Fomento que encabezaba el socialista
José Blanco en 2010.
Como resultado, un total de 12 torres de control
fueron privatizadas durante los siguientes años, si bien las de los
grandes aeropuertos españoles, como Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca o Gran Canaria, se mantuvieron en manos del Estado.
Y
es que entonces, en plena efervescencia del conflicto entre el
exministro Blanco y los controladores aéreos -que afectó a 700.000
pasajeros y por la que el gremio ha tenido que pagar 15 millones de
euros-, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero puso
en marcha un proceso de liberalización en los servicios de control del
tráfico aéreo.
La anterior administración se escudaba en el argumento de
que gracias a la entrada de gestores privados, AENA tendría la
posibilidad de rebajar los costes de navegación y, con ello, aligerar
«las tasas», que pasaban por ser «las más altas de toda la Unión
Europea».
Refuerzos de Enaire
No
obstante, las mismas fuentes aseguran que España no puede permitirse un
segundo verano caótico, precisamente en El Prat, ya que el año pasado
fue el personal de los controles de seguridad el que frenó su actividad
en protesta por sus bajas retribuciones y unas condiciones de empleo que
consideraban impropias. La situación llegó hasta el punto de que el
Gobierno tuvo que recurrir a la Guardia Civil para mantener los
controles de seguridad en el aeródromo.
Para
evitar un enredo similar ambas partes han mostrado su voluntad de
diálogo. Así lo sostuvo ayer Enaire, matriz de AENA, tras conocer las
amenazas de huelga de los controladores. En concreto, el gestor de la
navegación aérea española, aseguró que reforzará con 58 controladores la
plantilla en Cataluña este verano, tanto en el centro de control como
en las torres de los aeropuertos (Barcelona-El Prat, Gerona-Costa Brava y
Reus). De esta forma, la cifra de controladores contabilizados
alcanzará los 450 efectivos el 1 de agosto de 2018.
«La torre de control del Aeropuerto de Barcelona-El Prat
incrementará la plantilla en 37 controladores más que en agosto de
2017, de los cuales 14 controladores estarán plenamente operativos y
habilitados, lo que supone un incremento neto de la plantilla operativa
del 21% respecto al verano pasado», destacó la compañía, que puntualizó
que estos trabajadores proceden de las convocatorias de empleo público
de 2016 y 2017.
Enaire responde así a una de las principales
reivindicaciones de los controladores: la escasa renovación de las
plantillas.
La visión de los controladores es distinta. Según
fuentes sindicales, estas dos convocatorias se realizaron tras diez años
en blanco, por lo que estos empleos no representan una solución «a
corto plazo».
A ello se une que, según el colectivo, los procesos de
formación se han visto lastrados en los por la apertura parcial del
mercado. «Antes del 2010, toda la formación recaía en el Ministerio de
Fomento, que concedía becas para impulsar la captación de nuevos
trabajadores. Ahora todo este proceso es privado, lo que ha repercutido
en la renovación del personal», señalan estas fuentes. Como
consecuencia, la edad media de los controladores aéreos españoles se
sitúa en los 50 años, «una de las más altas de Europa».
Respecto a las condiciones laborales,
las mismas fuentes aseguran que «el aumento de vuelos previsto para el
verano en El Prat va a ser exponencial, lo que va a obligar a la
plantilla a trabajar siete días de cada ocho y no tener un minuto de
descanso en toda la jornada laboral».
Lo cierto es que no es la primera vez que los controladores denuncian exceso de trabajo.
A finales de 2016, los sindicatos constataban una «sobrecarga» similar a
la señalada ahora. La salvedad es que estas condiciones fueron
denunciadas en torres de titularidad privada, no pública.
Las
reivindicaciones de los controladores, por tanto, no se dirigían al
Gobierno, sino a FerroNATS, el primer operador comercial de control de
tráfico aéreo en España con nueve torres. En ningún caso se habló de la
posibilidad de convocar una huelga.
El anuncio de ayer, en
cambio, fue tajante. Y reavivó viejos fantasmas, como los que hacen
referencia al sueldo de los controladores aéreos. Según ha podido saber
Abc, estos trabajadores tienen un salario medio que puede rondar los
240.000 euros anuales.