En
un contexto en el que la pandemia ha pasado ya su fase aguda, la
inmensa mayoría de países de Europa occidental habían levantando ya la
obligación de llevar mascarilla en interiores desde hace semanas.
España, Portugal e Italia han sido los más rezagados al respecto en
quitarla en interiores.
El
nuevo real decreto que ha presentado hoy la ministra de Sanidad,
Carolina Darias, al resto del Gobierno para dar el visto bueno, pone fin
a dos años de mascarilla obligatoria en lugares cerrados. La ministra
de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha
celebrado la medida.
"Es
un día muy especial para el Gobierno y el conjunto de los españoles en
la lucha contra el virus. Estamos avanzando en la normalidad. Mañana
podremos desprendernos en interiores de las mascarillas y mostrar
nuestros rostros y nuestras sonrisas", ha señalado hoy tras la reunión
de gabinete.
Como norma general, desde mañana, solo
será obligatoria en centros, servicios y establecimientos sanitarios
-incluyendo las farmacias, centros de salud y centros de transfusión- y
sociosanitarios como las residencias de ancianos, aunque no
para las personas ingresadas en ninguno de estos lugares a menos que
estén usando espacios comunes.
También habrá que llevarla en todos los transportes, sin excepción:
transporte aéreo, ferrocarril, cable, autobuses y cualquier tipo de
medio público. En los barcos, se deberá llevar cuando "no se pueda
mantener la distancia de 1,5 metros".
En el resto de lugares,
abiertos o cerrados -comercios, cines, teatros, salas de conciertos,
museos, bares, restaurantes, locales de ocio nocturno, reuniones y
celebraciones privadas-, la mascarilla será "un elemento de uso
responsable", pero en ningún caso obligatorio. Tampoco lo será en
aglomeraciones, solo recomendable, así como cuando se trate de personas vulnerables; en general, mayores de 60 años.
Así, la mascarilla pasará a ser opcional con "recomendación de uso responsable" en oficinas y serán los departamentos de riesgos laborales los que tengan que valorar cómo trasponer la normativa en cada empresa según sus características.
En
las empresas "no resultará obligatoria con carácter general", ha
señalado Darias, aunque que los responsables de prevención de riesgos
laborales de las empresas podrán acordar su uso "en función de la
evaluación de riesgo del puesto de trabajo".
En
centros de enseñanza como colegios o institutos, ya sean públicos,
privados o concertados, no se podrá obligar ni recomendar la mascarilla a
ningún alumno, siendo su uso optativo en cualquier caso,
independientemente de las recomendaciones que puedan dar al respecto
las comunidades autónomas siguiendo el criterio de cada consejería
autonómica.
Darias ha enfatizado hoy que la mascarilla "no se usará en ningún caso en ambientes escolares".
"Ya no era obligatoria en recreos y ahora tampoco lo será en todos los ámbitos de los centros educativos", ha sostenido.
La
letra pequeña de la norma se concretará mañana en el Boletín Oficial
del Estado (BOE). El RD legisla en qué situaciones concretas es
obligatoria pero no incluye una redacción específica sobre
recomendaciones, ya que pasan a formar parte de la responsabilidad
individual, la cultura del cuidado y el "sentido común" en lo que se
llamará "usos responsables".
En cualquier caso, la nueva normativa revocará el artículo 6 de la Ley
2/2021 de Medidas urgentes de prevención, contención y coordinación
para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19
ahora vigente, que establece su uso obligatorio "en cualquier espacio
cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público", punto con
el que colisionaban órdenes regionales que intentaban flexibilizar la
norma.
Una
vez que se apruebe la norma, salvo en lo estrictamente legislado
(centros sociosanitarios y transporte), se podrán dar una serie de
orientaciones, pero no serán obligaciones en ningún caso. Será, en
definitiva, cuestión de "sentido común", según dijo este domingo el
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Una de las salvedades concierne a la vuelta a la oficina:
en el trabajo, la regulación del uso de la mascarilla quedará a
expensas de los servicios de prevención de riesgos laborales, que serán
quienes tengan que valorar cómo han de utilizarse en espacios comunes.
No obstante, aunque decidirán las empresas, no podrán
imponer su uso a los trabajadores por encima de lo que la ley estipule
salvo que pertenezcan, en principio, a los sectores de actividad antes
mencionados donde sí sigue siendo obligatorio su uso.
Ya
se había adelantado que en los centros de trabajo los servicios de
prevención de riesgos laborales valorarían la necesidad de llevarlas en
espacios comunes.
El texto de la Ponencia y la Comisión de Salud Pública, que elabora los
dictámenes en los que se se basan las decisiones políticas al respecto,
lo aconseja cuando la distancia sea inferior a 1,5 metros y no pueda
garantizarse la ventilación adecuada del espacio.
De hecho, ahora no son obligatorias en las oficinas siempre que se
mantenga esta distancia entre puestos laborales o barreras físicas como
muros o mamparas, pero sí lo es al trasladarse por pasillos, aseos o
cafeterías.
Con
la nueva norma, la mascarilla pasaría a ser una recomendación en todos
estos casos, aunque los expertos han pedido que se analice la situación
de cada empresa. Darias dijo a este respecto el sábado pasado que el RD
concretará en qué ámbitos seguirá siendo necesario llevar mascarilla en
el trabajo para "que no haya lugar a dudas".
Colegios: en ningún caso podrá exigirse su uso o no uso
En
los centros educativos, desde mañana no se podrá exigir su uso a ningún
alumno durante el desarrollo de las clases en las aulas, aunque sí se
podrá recomendar a los profesores con factores de vulnerabilidad, al
igual que otras personas con estas mismas condiciones en las que no
puedan mantener 1,5 metros de distancia interpersonal.
La
mascarilla ya no era obligatoria en los recreos y demás actividades
escolares o extraescolares al aire libre desde el pasado 10 de febrero,
pese a que muchos colegios, a fecha de hoy, lo han seguido
recomendando.
Es más, la Ponencia de expertos redactó un documento el pasado 31 de marzo que especificaba que su criterio no
era solo levantar la obligación en los colegios, sino que no se
recomendaba su uso en entornos escolares, centros de enseñanza de todo
tipo y de cualquier naturaleza entre los niños hasta 18 años y de los
profesores no vulnerables.
Estas recomendaciones tendrán
que traducirse ahora en la normativa: la ministra confirmó ayer que
desde el 20 de abril los alumnos ya no tendrán que utilizarla "en todo
el ámbito escolar", aunque sí se recomienda a los profesores con
factores de vulnerabilidad que sigan usándola, al igual que "otras
personas con estas mismas condiciones en las que no puedan mantener 1,5
metros de distancia interpersonal".
Los
expertos subrayaban que, "a lo largo de la pandemia, se ha evidenciado
que en la población menor de 12 años la transmisión es baja en
comparación con la transmisión entre adultos", indica el documento. Sin
embargo, "el uso de las mascarillas ha tenido "un impacto negativo
importante en el bienestar de esta población, influyendo en el
aprendizaje y las relaciones sociales".