La economía española ha salido de la recesión pero todavía es
prematuro afirmar que se dirige directa y sin titubear hacia el
crecimiento. Las expectativas despertadas en grandes inversores
internacionales, por ilustres prescriptores, han hecho cambiar de
criterio a grandes despachos líderes de opinión económica y empresarial
que, hasta hace pocos meses, se mostraban seguros de que los españoles
estaban literalmente pasando hambre. Desde dentro, las cosas no se ven
tan claras por los lacerados ciudadanos.
Uno de ellos, Joaquín Almunia, comisario de la Competencia
en la Comisión Europea (CE), cree, sin embargo, que se ha tocado fondo y
que ahora se ve a España con optimismo, incluso desde Davos, al superar
la recesión y volver a crecer aunque la mora hipotecaria seguirá
deteriorándose. Y su colega, el holandés, Dijsselbloem, presidente del
Eurogrupo, dice que sólamente se habla de la recuperación de España.
El
Fondo Monetario Internacional (FMI) ha triplicado su previsión de
crecimiento para España hasta 2015, un 0,6% y un 0,8% respectivamente.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) cree
que será del 0,6% para 2014 y de un 1% el año siguiente a pesar de que
la Unión Europea (UE) lo fija en el 1,7% por una rebaja del 52% en el
déficit comercial español con unas exportaciones en máximos desde 1971.
El
FMI señala que la recuperación española va más rápido de lo esperado y
ganará impulso (+0,8%) por la demanda interna en 2015. Aunque reconoce
la dificultad en este momento de cambio de ciclo económico para evaluar
la velocidad de esa recuperación, que desde Washington atribuye a una
futura demanda interna más que externa, y más fuerte.
Otras entidades, esta vez privadas, caso de la agencia de calificación de riesgo 'Fitch',
también son muy optimistas. Ésta última ve una recuperación de España
muy lenta pero dentro de la estabilidad, con un PIB del 1,1% en 2015. Su
rival, la también norteamericana 'Standard & Poor's',
pronostica sendos crecimientos del PIB del 1% hasta 2015 por
exportaciones y competitividad pese a una débil inversión propia y una
demanda interna aún sin pulso.
Por su parte, el banco internacional norteamericano 'Citi'
mejora hasta el 0,9% su previsión de crecimiento este año y del 1,1%
para 2015 frente al 0,6% del FMI y el 0,5% de la OCDE y la Comisión
Europea, que todavía exige a España reducir el déficit y reformar la
administración pública.
La entidad financiera
norteamericana piensa que las mayores exportaciones y menores costes
laborales se va a traducir en mayor inversión para la expansión
económica, más empleo neto, lento crecimiento del consumo privado por el ajuste inmobiliario y una tasa de ahorro en mínimos.
Llega a pronosticar, incluso, que muy pronto en España la escasez de
personal laboral disponible se va a convertir en un problema.
El 'Deutsche Bank' aprecia el rumbo de la economía española por el buen comportamiento de la Bolsa
y una prisma de riesgo-país muy a la baja (la rentabilidad de la deuda
española ha caído a mínimos de 2006). Pronostica un crecimiento del PIB
del 0,6% este año y del 1,2% en 2015 porque, a su juicio, se va a dar
una mejora de capacidad productiva, un incremento exportador, ajuste
inmobiliario, desapalancamiento del sector privado y reestructuración
financiera.
El presidente del BBVA, Francisco
González, piensa que efectivamente se ha salido de la recesión aunque no
de la crisis, priorizando atajar el gasto público improductivo aunque
este año, piensa, España crecerá un 1%. Constata mucho interés de la
inversión extranjera con demandas cuatro veces mayores en las subastas
del Tesoro Público.
Tambien el presidente del Banco Santander,
Emilio Botín, dice que la recuperación gradual de España irá cobrando
fuerza por un cambio muy claro de ciclo económico. Aunque se muestra
cauto pese al buen camino que lleva la economía española. Cree esencial
reducir la deuda pública y privada para crear empleo. Afirma que el país
ha dejado de ser foco de la crisis pero que las secuelas tardarán en
desaparecer en la economía española.
Sindicatos como Comisiones Obreras
(CC OO), aunque acepta el cambio de ciclo económico, ve el vaso todavía
medio vacío. Piensa que salir de la recesión no es salir de la crisis
ni recuperarse de sus efectos. Alerta que la crisis continúa en España y
que se necesitarán cinco años más para recuperar el PIB anterior a 2007
y quince para el nivel perdido de empleo. Y toda su postura tiene
cierta justificación porque todavía muchos datos revelan que la economía
real está muy lejos de las expectativas levantadas.
Un
tercio de la población española sigue en riesgo objetivo de pobreza
cuando ya el 12% de los trabajadores son pobres y un 15% de los hogares
depende de la pensión de sus mayores al tener a todos sus miembros en el
desempleo (la mayoría parados de larga duración) por el escaso impacto
de las prestaciones sociales. Lo más lacerante es que 2.826.549 niños
españoles, según 'Save Children',
están ahora en riesgo de pobreza por carencias en vivienda,
alimentación, ropa y material escolar. Son el 33,8% de la población
infantil.
España es, además, el país europeo más
desigual por detrás de Letonia aunque la riqueza familiar supera ya el
nivel previo a la crisis. Pero la economía sumergida se dispara a casi
el 25% del PIB (253.000 millones de euros en 2012, con incrementos
anuales de 15.000) cuando bajan los pedidos industriales y las ventas
del comercio minorista (-3,9%) en 2013.
Lamentablemente el
capital humano no corre parejo al otro y durante 2013 unos 400.000
jóvenes españoles tuvieron que emigrar porque el 55% sigue anclado en el
desempleo o en el empleo temporal (el 62% del 45% que trabaja) pese a
que el turismo batió récord de visitantes (60.600.000) y de ingresos
(59.082 millones de euros).
Como cierta y aparente contradicción de los procesos económicos en marcha,
en 2013 aumentaron en 40.000 millones de euros los depósitos bancarios
(más de las familias que de las empresas) hasta alcanzar los 947.981
millones y a un paso del billón.
Entre una drástica reducción de la exposición a la deuda soberana por la banca española,
crece un 12% la confianza del consumidor español en 2013, hasta los 58
puntos, sobre los 73 de media europea, con un incremento de 15 en el
último año. Aunque éste índice de 'Nielsen' también recoge que el 77% de los consumidores españoles cree que 2014 aún será malo para compras.
Los
expertos piensan, a modo de conclusión, que España crecerá en torno al
1% este año y que, consolidada la recuperación, habrá más empleo. Y que
arrastrará a Portugal a partir de 2015 por el lastre de su propio ajuste
fiscal a la par que su economía tendrá un mejor comportamiento que la
de Italia, pendiente aún de progresos más profundos en las reformas
básicas estructurales.
(*) Periodista y profesor
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