SAN PEDRO DEL PINATAR.- El presidente de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar,
Jesús Sánchez, avisa de que la recuperación del ecosistema va a ser muy
lenta, en ningún caso «a un año vista como augura algún científico
cercano al gobierno», y pasa por intervenir solo en tierra y dejar que
actúe la capacidad natural del mar para recuperarse.
Asegura
que el Mediterráneo puede sufrir en el horizonte de cincuenta o sesenta
años una catástrofe medioambiental comparable a la del Mar Menor, la
mayor laguna salada de España que ha perdido toda su fauna en un
perímetro de tres kilómetros, en San Pedro del Pinatar, y cuyos fondos
profundos se están descomponiendo en su totalidad por la excesiva
presencia de nitratos tras décadas de vertidos.
El pasado sábado, cuando aparecieron en la orilla de la playa Villananitos de Lo Pagán tres toneladas de peces y crustáceos muertos,
«fue uno de los días más triste de mi vida», afirma Jesús Sánchez, la
quinta generación de una familia de pescadores que siente «rabia y
frustración» por la «desidia» de la Comunidad Autónoma durante años,
pese a las advertencias del sector y la comunidad científica, y el
incumplimiento «sistemático e intencionado de hasta doce figuras de
protección medioambiental» que protegen el Mar Menor.
Sánchez cree
que los principales responsables de la situación en la que se encuentra
la albufera murciana son el Gobierno regional y la industria
agroalimentaria, no así los pequeños productores del campo, y pone el
énfasis en la posibilidad real de que el Mediterráneo sufra una crisis
similar a la del Mar Menor.
En su opinión, la ventaja del
Mediterráneo respecto a la laguna salada es su mayor tamaño, si bien es
un mar prácticamente cerrado, salvo en el estrecho de Gibraltar y el
canal de Suez, que tiene emisarios de los alcantarillados, recoge
vertidos de salmueras de las desalinizadoras por las que apuestan los
gobiernos y sufre, a la vez, los daños para el ecosistema de las cada
vez más numerosas granjas de engorde de pescado.
«Los gobiernos
europeos se están cargando la pesca y promoviendo a la vez las
piscifactorías, con los daños que producen al ecosistema», advierte el
responsable de los pescadores de San Pedro del Pinatar, quien llama a
que se abra en Europa un «debate profundo, alejado de intereses privados
y de las grandes industrias, para cuidar los mares y respetar la propia
capacidad de recuperación de los ecosistemas».
Para el caso de la
laguna salada pide actuaciones urgentes en tierra, no así en el mar
porque «tardará años, pero si no se toca puede recuperarse» y, entre
esas medidas, reclama la eliminación de los vertidos de nitratos al mar,
el arreglo de las redes de alcantarillado en los municipios ribereños,
la regulación de accesos de embarcaciones a motor y el derribo de algún
puerto deportivo.
«Hemos llegado a una situación en la que nadie
quiere ceder, pero si no lo hacemos nos quedaremos con un mar muerto y
con una comarca hundida para siempre», asegura Sánchez, quien apela a
las autoridades para que «dejen de mirar hacia otro lado y de responder a
los intereses del sector industrial», en referencia a las grandes
explotaciones agrícolas asentadas en la comarca en los últimos tres
lustros que, según él, han colmatado la capacidad del Mar Menor.
En
unos días, los pescadores de San Pedro esperan tener el resultado del
informe técnico que han encargado para determinar la causa de la muerte
de toda la producción pesquera de Lo Pagán, así como algún avance en las
conversaciones que mantienen con la Comunidad Autónoma para «restituir
el daño causado a los trabajadores y arbitrar asignaciones económicas
que eviten su ruina definitiva».
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