El más conocido es un grupo militar llamado Azov, un grupo de milicianos voluntarios con sólidos vínculos con organizaciones ultranacionalistas. Azov se incorporó a las Fuerzas de Defensa ucranianas a finales de 2014, después de que resultara decisivo para derrocar al presidente democráticamente elegido Viktor Yanukovich durante la Revolución del Maidán, respaldada por Estados Unidos.
Azov también se dio a conocer tras su feroz resistencia durante la posterior guerra civil contra los separatistas prorrusos en la región de Donbás y su exitosa campaña en la batalla de Mariupol, situada en el mar de Azov, en la provincia renegada de Donetsk.
Los miembros de Azov llevan insignias neonazis, como el infame Wolfsangel, y tienen su propia partido político llamado Cuerpo Nacional, y una milicia civil que se pasea por las calles haciendo cumplir su propia interpretación de la justicia, que a menudo se ha reducido a golpear a los inmigrantes, según un artículo de 2019 publicado en Foreign Policy,
Los lazos de Azov con Occidente
Sin embargo, a pesar de que los grupos neonazis están oficialmente prohibidos en Ucrania, y a pesar de que Azov está en la lista negra del gobierno de Estados Unidos y de otros países occidentales por su ideología radical y su incitación al odio, resulta que el grupo ha sido financiado y entrenado por Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido y otros países de la OTAN, según reveló un informe del Instituto de Estudios Europeos, Rusos y Euroasiáticos (IERES) de la Universidad George Washington en Estados Unidos.
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