BRUSELAS.- España se mantuvo en el año 2017
entre los países de la Unión Europea que menos recauda a través de los
impuestos medioambientales, con unos ingresos de 21.400 millones de
euros que representan el 1,8% del PIB en ese año, según un informe sobre
tendencias en el campo de la fiscalidad publicado este viernes por la
Comisión Europea.
La mayor parte de esta cantidad
procedió de impuestos a la energía (un 1,5% del PIB y 17.700 millones de
euros), de los cuales la mitad se recaudaron a través de tasas a
combustibles para el transporte.
El estudio, además, evidencia un leve retroceso del peso
de los impuestos medioambientales en España, puesto que entre 2013 y
2016 representaron un 1,9% del PIB, recuperando así parte de lo perdido
durante los años de crisis, en los que su recaudación se estancó en un
1,6%.
De esta forma, España ocupó en 2017 la posición
24 en la clasificación, empatada con Alemania, Irlanda y Dinamarca
(todos con un peso de estos impuestos equivalente al 1,8% de su PIB) y
sólo por delante de Luxemburgo (1,7%). En el polo opuesto se sitúan
Grecia (4%), Eslovenia y Dinamarca (3,7%) y Letonia (3,5%).
En
el conjunto de la UE, los ingresos a través de los impuestos
medioambientales se han mantenido estables durante la última década. En
2017, estos gravámenes representaron un 2,4% del PIB comunitario y un
6,1% de todos la recaudación fiscal del bloque.
El
peso de los ingresos por estos impuestos a nivel comunitario cayó a
partir de 2008 y creció otra vez desde 2012, principalmente gracias al
incremento de los impuestos sobre la energía. "No obstante, desde
entonces han permanecido más o menos estables", apunta el informe.
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