Estimados lectores, no sé si os han llegado noticias de casos de “rusofobia” en España pero a mí sí, de hecho, algún que otro líder político ya ha pedido públicamente a la población que nos abstengamos de caer en actos de esta índole, tras conocerse algunos casos.
Yo, que por diversos motivos, estoy en contacto con las comunidades rusa y ucraniana en Alicante, os puedo asegurar que, efectivamente, se están dando casos de “rusofobia”.
Me han llegado noticias de niños que en sus colegios están recibiendo agresiones e insultos de sus compañeros por ser rusos, mujeres que están siendo insultadas e increpadas en comercios, bares, etc., por ser rusas, ……, los casos de agresión a hombres de origen ruso no están siendo tan frecuentes, no sé porqué será…, igual es que es más fácil agredir a niños y mujeres que a tipos “cachas”….. . .
El caso es que, desde el inicio de la guerra en Ucrania, estamos asistiendo a una cierta expansión de la “rusofobia” , alentada por las noticias que nos llegan del conflicto, pero cuidado, también en gran medida, por la propaganda que las partes en conflicto intentan difundir a través de redes sociales y otros medios.
Y a nosotros nos va a llegar mucha más propaganda antirusa por el hecho de que los EEUU están del lado de Ucrania y ya sabemos que son unos auténticos maestros en esa materia.
En resumen, esto no ha hecho más que empezar y ya tenemos episodios de “rusofobia” que deberíamos evitar.
Partiendo de la base de que yo, personalmente, estoy en contra de toda violencia y por tanto, de las operaciones militares que se han iniciado en Ucrania, os invito a reflexionar acerca de los motivos por los que debemos evitar la “rusofobia”.
En primer lugar, por el principio de PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. Por supuesto, los responsables últimos del inicio de la invasión de Ucrania son personas con altos cargos en la Administración del Gobierno ruso y difícilmente nos encontraremos con alguno de ellos paseando por Alicante. Aparte, entre los rusos “de a pié”, tanto los que viven dentro, como fuera de Rusia, los hay que están a favor y en contra de la guerra.
Personalmente, puedo asegurar que conozco muchos más que están en contra. Aparte, aún en el caso de que alguien defendiera la intervención armada, estar a favor de algo, no quiere decir que se sea culpable del hecho.
Por tanto, no debemos caer en el error de culpar a nadie del ataque a Ucrania por el mero hecho de ser ruso, porque es muy posible que esa persona no tenga nada que ver con el conflicto o incluso, esté en contra de la decisión que tomó su gobierno.
Ahora pensemos en cuantas veces, nosotros mismos estamos en contra de medidas que toma nuestro gobierno, pero estamos obligados a soportarlas.
En segundo lugar, porque la mayoría de nosotros, desconocemos el conjunto de circunstancias que han llevado hasta esta situación. Se trata de un conflicto con raíces muy profundas en la historia de estos países. Aparte, en los últimos años, es un conflicto en el que no solo intervienen dos actores, Rusia y Ucrania. Ha intervenido algunos más.
Especialmente importante ha sido la intervención de EEUU. Seguro que habéis oído alguna vez la frase…. “eres de los que tira la piedra y esconde la mano”. Pues bien, ese ha sido el papel de los norteamericanos en este conflicto. Desde la disolución de la URSS, a veces con más intensidad,
A veces con menos según el presidente de turno, EEUU ha estado agitando el “avispero” de toda la parte oriental de Europa, con una intención bastante clara, ganar influencia y presencia en toda esta zona, que le resulta interesante desde el punto de vista geoestratégico, por estar junto a Rusia.
Así las cosas, tras asegurar a Gobarchov que “América no avanzará un palmo en los territorios que abandone la URSS”, el resultado ha sido que la OTAN ha terminado integrando y posicionándose en Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Hungría, Bulgaria, Rumanía, República Checa, Eslovenia, Eslovaquia, ……, y alguno más que se me pasará.
Pero regresemos a Ucrania. Que yo sepa, al menos desde la llegada a la política de Viktor Yushenko, allá por la década de los años 90 del pasado siglo, los EEUU han estado interviniendo en Ucrania en pugna con Rusia para controlar dicho país. Sobre este asunto ya os contaré con más detalle en otra ocasión.
Solo os diré que, de tanto ir y venir a EEUU para recibir dinero e instrucciones, Yushesnko acabó casándose con una norteamericana, funcionaria del Gobierno de los EEUU, aunque eso sí, de origen ucraniano.
En tercer lugar porque, cayendo en la rusofobia estamos dando la razón a Vladimir Putin ante el pueblo ruso cuando afirma que, “en las relaciones con EEUU y con la UE, no hay otro camino posible más que la CONFRONTACIÓN porque nos quieren con ellos”.
No solo los españoles, sino el conjunto de los europeos, tenemos la obligación de demostrar al pueblo ruso que se equivoca y que aquí se respeta el ESTADO DE DERECHO y que no prejuzgamos alegremente a nadie, por lo que aquellos rusos que viven en Europa y que no tengan nada que ver con los dirigentes responsables del inicio del conflicto armado, no tienen porqué verse afectados.
Puedo aseguraros que muchos de estos residente rusos son también víctimas del conflicto, al verse directa indirectamente afectados por las sanciones impuestas a su país.
Quiero concluir con un par de reflexiones.
Aquí en Europa y concretamente en Ucrania, nos vemos en esta situación debido a que, en esta ocasión, la lucha entre dos grandes potencias imperialistas y militaristas, como lo son Rusia y EEUU, tiene como escenario Ucrania, país que arrastra desde hace años la terrible desgracia de ser “tablero de juego” en la pugna entre rusos y norteamericanos.
Esto no afectó grandemente al resto de Europa mientras las tensiones se mantuvieron “dentro de un orden”, pero ahora, la situación se ha desbocado y si nos afecta. Y más que nos va a afectar. De momento, el precio del petróleo y el gas anda por las nubes, lo cual provoca inevitablemente la temida inflación…. .
Por último, en mi conocimiento de todo este asunto puedo aseguraros que NIGUNO ES BUENO. Ninguno de los actores inmersos en el conflicto está libre de culpa. Se trata de una lucha de intereses, en la que los EEUU han tenido y tienen un papel muy relevante.
(*) Economista
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