LONDRES.- Una nueva transición debe encabezar el futuro rey de
España, Felipe VI, según se piensa en la City londinense, si quiere
estabilizar el país y la monarquía borbónica, convirtiendo la nación en
un régimen federal-constitucional a la belga, que aleje la opción
republicana de probabilidades objetivas de prosperar por defecto.
En círculos periodísticos londinenses, muy duros con Juan Carlos I
durante la semana que hoy acaba, se asegura que la Reina Sofía
abandonará hacia su casa de Londres, tras la coronación-proclamación de
su hijo por las Cortes Españolas, el Palacio de la Zarzuela, en lo que
se considera una separación 'de facto' en su matrimonio, que
fuentes diplomáticas occidentales acreditadas ante la Corte de San Jorge
se aventuran a apostar que hasta puede darse un divorcio en toda regla a
pesar de la avanzada edad de ambos.
Esas fuentes van más allá y aseguran que no se ha dicho toda la verdad
sobre el exacto estado de salud del actual monarca, que al parecer sería
bastante peor de lo que aparenta el Rey a simple vista. Y que tendría
que ver con un proceso irreversible, detectado hace poco tiempo, no
anunciado públicamente para evitar alarmas y mayores especulaciones
sobre el futuro de la Corona en plena agitación republicana. No extraña
pues que se quiera dejar al monarca seguir viviendo en el edificio
principal de La Zarzuela y aforarle con carácter retroactivo, durante el
tiempo de vida que le quede, para prolongar su actual inviolabilidad.
Tanto unas fuentes como otras se expresan en el sentido de no entender
cómo De Borbón y Borbón no se apresuró a abdicar antes y, más
concretamente, cuando se comenzó a pacificar el País Vasco por el
presidente Rodríguez Zapatero y los catalanes aún no habían ido tan allá
en unas pretensiones de independencia, que ahora pueden arrastrar tras
de sí a vascos, navarros y gallegos, incluso canarios, si Felipe VI no
está fino nada más llegar al trono aunque siga barriendo un poco para
Castilla.
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