MADRID/BRUSELAS.- La decisión del PSOE de no votar a favor de Luis de Guindos
en la Eurocámara obliga al Partido Popular a movilizarse para que el
ministro de Economía supere el examen como candidato a vicepresidente
del Banco Central Europeo. Este tipo de nombramientos son imparables en
el Parlamento Europeo cuando hay, como es habitual, consenso entre los
populares y socialistas europeos, pero la decisión del PSOE de
abstenerse impide un acuerdo entre los dos grandes grupos y hace más
incierta la votación, según estima hoy El Mundo.
El
PP está intentando recabar apoyos de eurodiputados de otros países y
grupos parlamentarios para salvar a De Guindos. El ministro de Economía
comparece este lunes al examen de la Comisión de Asuntos Económicos y
Monetarios tras ser designado para el BCE y, los parlamentarios del
Partido Popular Europeo no tienen votos suficientes como para asegurar
el respaldo a De Guindos.
«Lo conseguiríamos con el sí de los
socialistas», asegura el eurodiputado del PP, Gabriel Mato. Pero no
puede contar con el PSOE que, además, puede arrastrar a otros
socialistas europeos a no apoyar a De Guindos.
La
Comisión de Asuntos Económicos votará mañana martes una opinión sobre De
Guindos que será sometida semanas después a una nueva votación en el
Pleno del Parlamento Europeo. Ni uno ni otro voto serán vinculantes para
impedir el nombramiento formal del ministro por parte de los jefes de
Estado y de Gobierno de la UE, pero el PP y el propio De Guindos quieren
evitar un suspenso de la Eurocámara.
La portavoz socialista Adriana Lastra
anunció el pasado viernes la «abstención crítica» ante el candidato
español, que es el único que se presenta tras ser designado por
unanimidad por el Eurogrupo. Sánchez ha descartado finalmente su plan
inicial de votar en contra, pero se niega a hacerlo a favor.
«Guindos no
era el candidato que queríamos, pero tampoco es cuestión de boicotearlo»,
afirma a este diario el eurodiputado socialista español, Jonás
Fernández, para explicar la abstención. Éste asegura que está intentando
que el resto de socialistas europeos se abstengan también y no voten en
contra del español, lo cual, a su juicio, puede facilitar la victoria
de Guindos.
En el PP confían en alcanzarla con los eurodiputados euroescépticos del llamado grupo de los conservadores y reformistas europeos, encabezados
en la Comisión de Asuntos Económicos por la británica Kay Swinburne.
También con la mayoría de los liberales, aunque asumen que el
coordinador de este grupo, el eurodiputado catalán del PDeCAT, Ramón
Tremosa, votará en contra del español. Fuentes de Ciudadanos aseguran a
este diario que el PP les ha pedido apoyo con el grupo liberal europeo y
que lo prestarán, aunque su influencia es escasa.
Todo
ello se produce en negociaciones mucho más amplias. Tras las elecciones
italianas del próximo día 4 es posible que el presidente de la
Eurocámara, Antonio Tajani, y el hasta ahora jefe de filas
eurosocialistas, Gianni Pittella vuelvan a Roma. El resultado de una comisión no vinculante no es prioritario.
«Habrá
más o menos ruido, el Parlamento se hará valer, reprochará que no haya
mujeres en la lista, pero al no tener alternativa da igual, por mucho
que protesten», explican fuentes de la Cámara.
Con la
ausencia de Pittella, la cabeza del grupo socialista está en el alemán
Udo Bullmann, menos hostil al español, pero no se percibe una gran
estrategia de los populares europeos, que quieren que todo pase rápido
en un voto que será secreto. El grupo Verdes/ALE, representado por el español Ernest Urtasun, sostiene que pedirá el voto en contra porque el nombramiento de Guindos es una «mala noticia».
Rajoy fuerza a Guindos a ir como ministro
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha rechazado el planteamiento
inicial de Luis de Guindos de ser relevado como ministro de Economía
antes de su comparecencia de hoy ante la Comisión de Asuntos Económicos y
Monetarios del Parlamento Europeo.
Eurodiputados hostiles al español usan entre otros argumentos que una
institución como el Banco Central Europeo debe ser independiente del
poder político y no debe acoger en su cúpula a ministros del Eurogrupo.
De Guindos quiere dejar el mayor plazo posible entre su designación el pasado 19 de febrero y
su toma de posesión como vicepresidente del BCE el 1 de junio y quiso
dimitir ya el pasado día 21, a su vuelta a Madrid desde Bruselas.
No lo consiguió. Rajoy se negó a tomar la decisión de relevarlo la
semana pasada. El ministro planteó como alternativa que, al menos, se
anunciara ya la fecha exacta de su relevo antes de ir al Parlamento
Europeo. Tampoco lo logró.
Rajoy se limitó el pasado viernes a apuntar
que será sustituido «en próximas fechas» sin explicar las razones del
retraso, pero sin alentar tampoco la idea de que esté esperando para
hacer una amplia remodelación del Ejecutivo.
El presidente también se resistió a dar nombres de sustitutos de
Guindos, aunque sí sostuvo que designará a alguien que «conozca el tema,
se lo sepa, y no tenga que estudiarse los asuntos que se va a encontrar
encima de la mesa».
Ese perfil beneficia a algunos de los nombres que
están en las quinielas como el secretario de Estado de Presupuestos,
Alberto Nadal, buen conocedor de un asunto clave como la negociación con
Bruselas sobre el déficit.
También
da alas al vicepresidente del Banco
Europeo de Inversiones, Román Escolano, con alto conocimiento de
Bruselas y el sector bancario español. En contraste, limita
posibilidades a otros como el ex responsable de Iberdrola, Fernando Becker.
Rajoy recordó que Guindos no será nombrado formalmente por el Consejo
Europeo del 23 de marzo, aunque es improbable que lo retenga hasta
entonces. En todo caso, el PP espera que el hecho de que comparezca en
la Eurocámara como ministro no sea un obstáculo excesivo,
más allá de ataques retóricos.
También confía en que la unanimidad que
obtuvo Guindos en el Eurogrupo tenga eco entre algunos eurodiputados
socialistas. Un ejemplo es el socialista portugués, Pedro Silva, que
puede desmarcarse del PSOE en línea con el Gobierno portugués.
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