MADRID.- Las condiciones del nuevo pliego para la contratación del servicio de seguridad de AENA se han presentado esta semana con bastante polémica. El líder del mercado Prosegur
 ha cerrado la posibilidad de optar a estos concursos alegando sus 
precios tan bajos que no los hacen rentables mientras que el gigante 
sueco Securitas, que gestiona aeropuertos por todo el mundo, tampoco se ha presentado y abandonó los aeropuertos españoles en 2016. Eulen, tercera en discordia que sufrió una huelga en El Prat en pleno agosto 2017, ha reducido drásticamente su interés, según revela www.vozpopuli.com.
Las críticas de las grandes al precio ofertado por AENA 
han sentado mal en el operador aeroportuario, algunos de cuyos 
directivos han manifestado al resto de compañías de seguridad el cabreo 
con el portazo -injustificado según su punto de vista- que ha dado 
Prosegur al operador semipúblico. 
Actualmente la compañía de la familia Revoredo
 es la adjudicataria de Barajas, Alicante, Gran Canaria, Tenerife, 
Valencia, Ibiza... las adjudicaciones más grandes excepto Barcelona, 
Málaga y Palma. 
Maneja un tercio del presupuesto de AENA para seguridad 
privada, por valor de 155 millones. Ahora sólo se ha presentado a dos 
lotes de Alicante y Sevilla.
Prosegur ha asegurado que
 "nos encantaría habernos presentado a más, pero no ha sido posible". 
AENA no ha querido confirmar la indignación que sí han manifestado sus 
directivos en reuniones con compañías del sector. 
Y mientras tanto, el 
resto de empresas observan este plantón de las grandes y ven como en los
 concursos pueden entrar algunas compañías con menos pulmón financiero y
 sin experiencia en aeropuertos.
Algunas de las compañías que sí se han presentado por ejemplo a Barajas y El Prat son Ilunion (de la ONCE), Ombuds, Eulen, Sureste, ICTS o la empresa mallorquina especializada en blindados Trablisa.
Muchos riesgos
Fuentes
 empresariales consultadas aseguran que la huelga de vigilantes de Eulen
 del año pasado ha puesto a las grandes sobre aviso: una gran concesión 
puede convertirse en un gran problema reputacional si se sigue el 
ejemplo de la huelga de Eulen el
 pasado verano, que produjo un caos en uno de los picos de trabajo del 
año. "Simplemente han pensado que a este precio no les compensa tomar el
 riesgo con todos los problemas que supone la gestión de un gran 
aeropuerto". 
Consultada por este diario, AENA recuerda que ha incrementado un 26% el presupuesto de los concursos con respecto actual "para incorporar los pluses
 que acordaron los sindicatos" tras el conflicto en el aeropuerto de 
Barcelona en el que se pactaron mejoras salariales para los vigilantes, 
con sueldos base próximos a los 1.000 euros mensuales. Pero las grandes 
piensan que aunque la licitación ha aumentado, el incremento de precio 
no cubre los incrementos de coste que va a haber. "Hay una parte técnica
 y luego una subasta donde se va a precio", argumentan.
Los sindicatos avisan
Desde
 los sindicatos también señalan que de facto AENA está incumpliendo los 
acuerdos llegados con los sindicatos y la patronal en una mesa de 
trabajo durante el otoño pasado. Alternativa Sindical
 ha señalado que AENA "contrata 100% a precio y que pone en situación de
 vulnerabilidad "a los más de 6.000 vigilantes que trabajan en sus 
instalaciones. No es posible que sea la propia administración pública la
 que esté generando precariedad laboral", argumentan.
Por su parte UGT ha enviado una carta a Jaime García-Legaz,
 presidente del operador público, para advertirle de esta situación. El 
directivo murciano entró en la compañía en octubre de 2017 tras haberse 
curtido durante años primero como economista de doctrina liberal en la Fundación FAES de José María Aznar, como diputado del PP y finalmente como secretario de Estado de Comercio. Tras su llegada AENA, aseguran, ha endurecido sus criterios.
Este
 "puño cerrado" de AENA se produce además, destacan los sindicatos, en 
unos años en que sus resultados son óptimos. En febrero cumplió tres años 
en Bolsa en los que la acción ha subido un 176%. 
Es ahora mismo una de las joyas de la corona del sector empresarial público español y cada anuncio de nuevos récords en el turismo español, cada nueva línea que Ryanair
 abre desde los aeropuertos españoles supone dinero automático en su 
caja a través de las tasas aeroportuarias. En 2017 AENA ganó 1.232 
millones y aumentó su dividendo un 70%, del que el Estado se embolsó 
500.
"La previsión es de que el tráfico en los 
aeropuertos siga subiendo y todo ello quiere hacerse sin mejorar las 
condiciones de los que velan por la seguridad", concluyen.
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