PALMA.- Primero le tocó el turno a los barrenderos de la empresa municipal Emaya, después a los hamaqueros de las playas y ahora son los enterradores los que deberán certificar el dominio oral y escrito de lengua catalana para poder trabajar en la Empresa Funeraria Municipal de Palma (EFM).
Todo ello después de que el gobierno de coalición de socialistas, nacionalistas y Podemos en el Consistorio palmesano diera luz verde en el consejo de administración de la compañía municipal a una iniciativa en la que se incluía la necesidad de acreditar el nivel A de catalán a todos los inscritos en el bolsín de operarios (enterradores) de la EFM y el nivel C a los de los aspirantes a administrativos de la sociedad pública palmesana.
Todo ello después de que el gobierno de coalición de socialistas, nacionalistas y Podemos en el Consistorio palmesano diera luz verde en el consejo de administración de la compañía municipal a una iniciativa en la que se incluía la necesidad de acreditar el nivel A de catalán a todos los inscritos en el bolsín de operarios (enterradores) de la EFM y el nivel C a los de los aspirantes a administrativos de la sociedad pública palmesana.
Una decisión avalada por la presidenta de la empresa, la edil de Podemos Antònia Martin después de que un representante de la formación Més en el consejo de administración exigiera equiparar el nivel de exigencia de catalán de los trabajadores de la EFM con el resto de empleados municipales.
Al no haber sido negociado con los sindicatos este extremo en las condiciones de acceso al bolsín de enterradores, la edil de Podemos instó a encargar un informe jurídico para rubricar la decisión. Un hecho que fue rechazado por los representantes de PP y C's en el órgano de gobierno de la EFM que el pasado viernes solicitaron un consejo de administración extraordinario para retirar las nuevas condiciones de acceso al bolsín de empleados eventuales de la EFM.
Al no haber sido negociado con los sindicatos este extremo en las condiciones de acceso al bolsín de enterradores, la edil de Podemos instó a encargar un informe jurídico para rubricar la decisión. Un hecho que fue rechazado por los representantes de PP y C's en el órgano de gobierno de la EFM que el pasado viernes solicitaron un consejo de administración extraordinario para retirar las nuevas condiciones de acceso al bolsín de empleados eventuales de la EFM.
Ayer en declaraciones a El Mundo la portavoz del PP de Palma, Marga Durán, censuró esta forma de proceder del denominado Pacte de Cort y consideró que una vez más el gobierno municipal del alcalde nacionalista Antoni Noguera «prioriza la ideología por encima del mejor servicio a los ciudadanos».
«Después de unas cláusulas lingüísticas que llegan al absurdo de exigir que un hamaquero hable catalán o que una empresa privada deba hacer sus comunicaciones internas también en catalán para poner contratar con el Ayuntamiento, ahora nos encontramos con que en el último momento, sin previa negociación con sindicatos e incumpliendo el propio reglamento, se cambian las bases de un bolsín de trabajo de operarios y administrativos de funeraria para exigirles un mayor nivel de catalán», remarcó la edil popular.
En este sentido recordó que el alcalde Noguera con el aval de sus socios de gobierno «ha pasado de imponer el catalán los hamaqueros a exigirlo también a los enterradores».
«Exigimos que se convoque un consejo administración extraordinario en el que se retiren estos puntos, se deje a un lado el sectarismo y el partidismo, y que cualquier cambio de las condiciones de esta bolsa de trabajo pase por negociación con los representantes de los trabajadores».
Unos sindicatos que con escasas excepciones en el caso de Palma han dado luz verde siempre a la exigencia del catalán en el acceso a la Función Pública si bien después de un proceso de negociación ya sea en el área municipal como en los organismos e institutos municipales. La decisión municipal no es extraña en un equipo de gobierno que, por ejemplo, nada más tomar posesión de la Alcaldía en junio de 2015 eliminó la instrucción a favor del bilingüismo aprobada la pasada legislatura por el PP que posibilitaba a los palmesanos elegir una de las dos lenguas oficiales para su relación con la administración municipal.
Desde entonces el castellano se convirtió en una lengua residual en la plaza de Cort. De hecho, hay áreas como las de Educación, Deportes, Participación Ciudadana y Coordinación Territorial donde impera el uso del catalán al 100%, al igual que en los anuncios en prensa del Ayuntamiento de Palma.
«Después de unas cláusulas lingüísticas que llegan al absurdo de exigir que un hamaquero hable catalán o que una empresa privada deba hacer sus comunicaciones internas también en catalán para poner contratar con el Ayuntamiento, ahora nos encontramos con que en el último momento, sin previa negociación con sindicatos e incumpliendo el propio reglamento, se cambian las bases de un bolsín de trabajo de operarios y administrativos de funeraria para exigirles un mayor nivel de catalán», remarcó la edil popular.
En este sentido recordó que el alcalde Noguera con el aval de sus socios de gobierno «ha pasado de imponer el catalán los hamaqueros a exigirlo también a los enterradores».
«Exigimos que se convoque un consejo administración extraordinario en el que se retiren estos puntos, se deje a un lado el sectarismo y el partidismo, y que cualquier cambio de las condiciones de esta bolsa de trabajo pase por negociación con los representantes de los trabajadores».
Unos sindicatos que con escasas excepciones en el caso de Palma han dado luz verde siempre a la exigencia del catalán en el acceso a la Función Pública si bien después de un proceso de negociación ya sea en el área municipal como en los organismos e institutos municipales. La decisión municipal no es extraña en un equipo de gobierno que, por ejemplo, nada más tomar posesión de la Alcaldía en junio de 2015 eliminó la instrucción a favor del bilingüismo aprobada la pasada legislatura por el PP que posibilitaba a los palmesanos elegir una de las dos lenguas oficiales para su relación con la administración municipal.
Desde entonces el castellano se convirtió en una lengua residual en la plaza de Cort. De hecho, hay áreas como las de Educación, Deportes, Participación Ciudadana y Coordinación Territorial donde impera el uso del catalán al 100%, al igual que en los anuncios en prensa del Ayuntamiento de Palma.
Un gobierno que erradicó el castellano en los premios literarios Ciutat de Palma y que, por ejemplo, exigió a barrenderos y personal del turno de recogida de basuras de la empresa municipal Emaya certificar unos niveles mínimos de conocimiento de esta lengua. Sin embargo no tuvo inconveniente alguno para rebajar sus exigencias en determinadas plazas a personal de despacho, altos cargos, o por ejemplo, economistas interinos.
Eso si, el catalán es un requisito obligatorio para los proveedores que quieran contratar con el Consistorio palmesano que están obligados a entregar toda la documentación, al menos, en catalán.
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