jueves, marzo 24, 2022

Cardenal Müller: «Ningún médico tiene derecho a decidir sobre la vida y la muerte de otro ser humano»

 


ROMA.- El cardenal Gerhard Ludwig Müller, a quien el papa Francisco describió recientemente como un “maestro de la doctrina católica”, acaba de decir textualmente que «ningún médico tiene derecho a decidir sobre la vida y la muerte de otro ser humano».

Desde hace meses, este ex prefecto para la Doctrina de la Fé, viene haciendo una seria advertencia de que ve una fusión de las organizaciones capitalistas occidentales con China, formando un nuevo «capital-socialismo unificado».

El prelado alemán dice que dos bandos – «el capitalismo especulador, los gigantes de la gran tecnología de los países occidentales» y el «comunismo de la República Popular China»- están hoy «convergiendo y fusionándose en un capital-socialismo unificado», produciendo un «nuevo colonialismo».

El Gran Reset (o Gran Reajuste) es un programa del Foro Económico Mundial (FEM) que utiliza la crisis provocada por la pandemia como excusa para una remodelación fundamental de la forma en que los seres humanos convivimos en esta tierra. El FEM afirma en su página web que «los cambios que ya hemos visto en respuesta al COVID-19 demuestran que es posible un reseteo de nuestros fundamentos económicos y sociales».

A la luz de las crisis económicas y medioambientales previstas, el FEM propone que «debemos construir unos cimientos totalmente nuevos para nuestros sistemas económicos y sociales». Cómo debería ser esta reconstrucción de nuestras sociedades a los ojos de estos actores financieros y económicos mundiales puede verse en su propio vídeo del FEM titulado «Ocho predicciones para el mundo en 2030». 

El vídeo predice que «no tendrás nada y serás feliz. Lo que quieras lo alquilarás y te lo entregarán con un dron». Junto a la abolición de la propiedad privada -un objetivo típico de las ideologías socialistas- el FEM también ve el fin de los valores occidentales que, obviamente, se basan en el cristianismo: «Los valores occidentales habrán sido puestos a prueba hasta el punto de ruptura». Cabe preguntarse qué tipo de valores sustituirán a esos «valores occidentales» y de dónde vendrán.

En este contexto, los comentarios del cardenal Müller son importantes, ya que está denunciando este nuevo programa ideológico para nuestro mundo. Mientras que le parece bien que personas de los ámbitos económico y político se reúnan y discutan asuntos de importancia, el purpurado alemán se pregunta qué «imagen de la humanidad» tiene realmente el FEM. 

Al mismo tiempo, advirtió que el objetivo de esta nueva fuerza de fusión -la colaboración entre las grandes entidades capitalistas con China- es «el control absoluto del pensamiento, la palabra y la acción».

El cardenal señala la importancia del mundo digital en la actualidad y cómo afecta a la vida humana. Ve que se está creando un «hombre homogeneizado», y que ese hombre «puede ser dirigido más fácilmente».

«El mundo orwelliano del homo digitalis ha comenzado», explica. «A través del mainstreaming, se quiere lograr la conformidad total de la conciencia de las masas a través de los medios de comunicación». Müller apunta al autor francés del siglo XIX Gustave Le Bon, que predijo tal situación en su libro La psicología de las multitudes.

El cardenal Müller también rechaza la idea de que tales críticas al Gran Reset y sus planes ideológicos sean meras «teorías conspirativas» y añadió que los sistemas totalitarios «siempre han denigrado cualquier crítica como conspiración y subversión». En ese sentido, señala las numerosas advertencias sobre los gobiernos totalitarios en el siglo XX y explica que «difícilmente pueden ser desacreditadas como teorías de la conspiración, ya que los desarrollos políticos reales les han dado la razón».

Advirtiendo que no hay que tomar las promesas del Great Reset y otros programas similares de fundaciones muy ricas como esfuerzos inocentes, el prelado alemán afirma que «la confianza ciega en la actitud filantrópica de los líderes de las Grandes Fundaciones y las Sociedades Abiertas sólo es posible con una negación completamente ingenua de la realidad».

El Prefecto emérito para la Doctrina de la Fe señala que en el pasado ha habido intentos de recrear al hombre e inventar el mundo de nuevo. Estos intentos siempre se han convertido en movimientos totalitarios. Siempre que el hombre ha querido «recrearse y redimirse», dice, se ha creado en su lugar un monstruo, citando como ejemplo el «espantoso experimento humano» de la Unión Soviética comunista que coincidió con la revolución industrial.

«Eso debería habernos convencido», añade, «de que la utopía de un paraíso en la tierra, en cualquiera de sus formas, da lugar a los mayores crímenes contra la Humanidad (negación de la libertad de los disidentes, destrucción del trabajo, reducción de la población mediante el aborto y la eutanasia). La naturaleza del hombre, herida por el pecado, necesita el perdón divino. Sólo la gracia de Dios puede redimirnos y darnos la libertad y la gloria de los hijos de Dios».

Se da la circunstancia de que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, está aliado con el programa del Great Reset e incluso llama a su nueva agenda «Build Back Better» (Reconstruir mejor), un eslogan que también está siendo utilizado por el Foro Económico Mundial. El Foro Económico Mundial se ha alineado al mismo tiempo con China.

En octubre de 2020, el cardenal Müller ya advirtió de que la elección de Biden como presidente de Estados Unidos podría tener graves efectos tanto en Estados Unidos como en las democracias del mundo, especialmente a la luz del creciente poder de China.

En declaraciones a Breitbart News, el cardenal alemán declaró: «El resultado de las elecciones en Estados Unidos determinará si este país sigue siendo la principal potencia del mundo -para la libertad y la democracia- o si una dictadura comunista asumirá ese papel para la comunidad mundial».

Hablando de la dictadura china y de su creciente poder en el mundo, el cardenal Müller expone que «en China se repite el lema de la Alemania nazi: Tú no eres nada, el Estado lo es todo. Y, sin embargo, la verdad es al revés: las personas lo son todo y el Estado sólo existe para servir al bien común.

 Y como Estados Unidos es la primera potencia del mundo libre, también debe poner fin al dominio imperialista de una superpotencia comunista que busca la dominación mundial y permitir que el pueblo chino y otros pueblos oprimidos entren en la comunidad y la solidaridad de los pueblos libres».

En perfecta consonancia con la predicción del FEM de que los «valores occidentales» pronto llegarán a su punto de ruptura, el cardenal Müller expresó en enero de 2021 su preocupación por el hecho de que el nuevo régimen de Biden esté liderando una campaña para «descristianizar la cultura occidental». 

En declaraciones al sitio web de noticias católico austriaco Kath.net, el prelado expuso que la administración Biden, «con su concentrado poder político, mediático y económico, está al frente de la campaña más sutilmente brutal de los últimos 100 años para descristianizar la cultura occidental». Se refería a las políticas de Biden sobre el aborto, LGTBI e ideología de género.

El cardenal alemán Müller dice que las personas adineradas están usando el coronavirus para "forzar sus agendas", y específicamente citó al multimillonario nacido en Hungría, George Soros.

El exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) se pronunció en contra de las restricciones sanitarias y acusó a las "élites financieras" de utilizar la crisis mundial para "meter al redil a las personas" y obtener un "control total" sobre ellas.

El cardenal de 73 años también acusó a Bill Gates, cofundador de Microsoft, y a Klaus Schwab, director del Foro Económico Mundial.

El propio Foro Económico Mundial también está promoviendo la agenda LGBT, así como la agenda del aborto.

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