MAHÓN.- Pescadores de langosta de Menorca, que utilizan artes de palangre y trasmallo, participan en el Proyecto Oasis para minimizar la captura accidental de la tortuga boba (Caretta caretta), una especie protegida, en aguas del Mediterráneo.
La actuación, basada en experiencias previas mediante la colaboración entre científicos y pescadores, ha sido organizada por la asociación cultural Alnitak, dedicada al estudio, la divulgación y el fomento de la educación ambiental sobre los valores ecológicos del mar y la costa del Mediterráneo.
Los responsables del proyecto han destacado la participación de pescadores artesanales de Menorca, con los que se realizan varios experimentos para analizar el comportamiento de las tortugas y su dieta, cuya alimentación consiste en crustáceos que habitan en los fondos marinos que rodean la balear menor.
Gracias a la ayuda de los pescadores, la captura accidental provocada por la pesca de pez espada, que afectaba a unas dos tortugas por cada mil anzuelos, se considera ya solucionada. Para la pesquería de bonito, en cambio, que emplea anzuelos pequeños y se desarrolla muy cerca de la superficie del mar, existe aún un riesgo elevado.
El Proyecto Oasis cuenta con el respaldo económico de la Secretaría General de Pesca y la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
La campaña científica, iniciada en febrero de 2012, navega a bordo del velero de investigación Luis Ginillo, de KAI Expediciones.
La agencia estadounidense de Atmósfera y Océano (NOAA), la revista National Geographic, las universidades de Stanford y Siena, KAI Marine, HYDRA Institute, Instituto Español de Oceanografía y el Grupo de Tortugas Marinas de Francia intervienen en la iniciativa.
Se llevan a cabo censos acústicos y visuales, el marcaje de las tortugas boba con equipos de cámaras aportados por National Geographic y transmisores VHF y satélite, así como la filmación subacuática del comportamiento de los quelonios y del uso que hacen de los hábitats marinos.
Las investigaciones ya se han realizado en el mar de Alborán y prosiguen ahora en aguas de Baleares, a fin de observar la fase de migración pasiva de las tortugas presentes en Cabrera en los meandros de la corriente del norte de África y minimizar los riesgos de colisión con pesquerías ycontaminación.
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