lunes, junio 04, 2018

El 'procés' toma Baleares: proyecto de referéndum para 2030


PALMA.- Una calle peatonal en el centro de la ciudad. Es sábado por la mañana. A un lado, hay una carpa blanca con dos grandes carteles en los que se lee 'Madrid nos roba' y 'Otro país es posible'. Bajo la carpa hay una estelada y una sábana de 'Libertad presos políticos'. Voluntarios con camisetas amarillas hablan con los transeúntes y les explican que España es un país opresor que les está expoliando, se relata hoy en El Confidencial

Unos 20 metros más allá hay otra carpa, esta de color verde. En su interior, hay una gran bandera española con una corona monárquica. También hay voluntarios hablando con la gente. Aquí les dicen que viven bajo una dictadura catalanista que odia a los españoles. 
A un lado se reciben donativos por la independencia y se venden pines con un lazo amarillo. Al otro, se recogen firmas para derogar el catalán como lengua vehicular en las escuelas. Son 20 metros que reflejan el proceso de ruptura de una sociedad. En este caso no la catalana sino la balear, porque todo esto ocurre en el centro de Palma.
Lejos del ruido de Cataluña, la batalla entre independentistas y constitucionalistas avanza en Mallorca. Está comenzando a tomar los espacios públicos, las conversaciones privadas y también el Parlamento. Se replican el discurso de Cataluña ("Madrid nos roba" contra "el supremacismo catalanista") y también las entidades nacidas al calor del ‘procés’. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) es aquí la Asamblea Soberanista de Mallorca (ASM); Sociedad Civil Catalana es Sociedad Civil Balear, sucursal establecida hace solo unos días.
 Òmnium Cultural es la Obra Cultural Balear (OCB), entidad que se remonta a 1962 pero ha tomado en los últimos años el mismo discurso rupturista que su hermana catalana. Se crean partidos políticos con el argumento único de la lengua, como Actúa Baleares, y aparecen plataformas ciudadanas para frenar el nacionalismo pancatalanista que promueve parte del Gobierno balear. En definitiva, germina la semilla de la batalla por la identidad ocho años después de que empezase a florecer en Cataluña.
En el horizonte de todos, una fecha: año 2030. Es el objetivo del soberanismo balear para organizar un referéndum por la independencia. Por delante, pues, 12 años de campaña para que el actual 13% de apoyo social al soberanismo ascienda al 47% que ha sostenido el proceso catalán. O para que se desplome a las tasas marginales que ha tenido en los últimos 40 años.
"Nos da miedo lo que ha pasado en Cataluña y vemos que algunos partidos políticos y entidades quieren replicarlo aquí. Con lo que pasó en octubre en Cataluña se ha ido el celofán que cubría el discurso de que solo se trata de cultura y lengua, que es lo que llevan diciendo los nacionalistas en Baleares desde hace 30 años. Ahora ya sabemos que en cuanto puedan se van a saltar la Constitución, lo demuestran dando apoyo a todo lo de Cataluña. Ceden locales públicos para promocionar el secesionismo o a gente que odia a España, como Valtònyc, y vemos que esto solo puede ir a más", resume Antonio Daudero, miembro de la asociación Convivencia Balear.
Esta entidad cívica ha aprovechado el impulso de la plataforma Mos Movem, que tomó con gran éxito las calles de Mallorca y Menorca en febrero en contra del decreto sanitario que quería obligar a los médicos de Baleares a tener un título de catalán. Finalmente, tras la presión del sector sanitario y de parte de la ciudadanía, el Govern balear concederá a los profesionales una moratoria de dos años para acreditar un nivel básico si quieren prosperar como funcionarios. Este paso atrás, claro está, ha sido muy criticado por los círculos catalanistas.

Colonización lingüística

"Jamás en Mallorca ni en las islas había habido un problema así, pero este Gobierno del pacto (PSOE-PSIB, los ecosoberanistas de Més y Podemos) ya ha demostrado de qué lado está. Hay familias peleadas y gente discutiendo en los bares, te insultan y amenazan si te pronuncias en redes sociales. Aquí hay mucha gente que se siente colonizada por Cataluña y que no puede más, ha sido un proceso a cámara lenta y ahora ya es muy difícil hacerle frente", indica Manuela Cañadas, también de Convivencia Balear, quien reconoce que su relación con su familia política se ha resentido por su defensa abierta del castellano en las escuelas y en las instituciones públicas.
Margalida Miquel, presidenta de la Asamblea Soberanista de Mallorca (ASM), se indigna ante esta llamada de alarma: "Aquí solo ven un conflicto quienes quieren imponer otra cosa. El estatuto de autonomía dice que el catalán es la lengua propia de las Islas Baleares y se aprobó por unanimidad una ley de normalización lingüística. Nunca nadie, ni el PP, puso en duda algo tan básico. ¿Cómo va a ser una imposición defender lo que te es propio?", se pregunta. "Los mallorquines, por carácter e historia, somos muy poco conflictivos. Quienes buscan conflicto son otros. Quien diga que aquí la gente está peleada desconoce el carácter mallorquín".
Unos y otros miran hacia el Govern balear tratando de descifrar en qué aguas navega, si en las de la solidaridad con el independentismo catalán o en las de la Constitución. Días atrás, el presidente del Consell Insular de Mallorca, Miquel Ensenyat, asistió al 'sopar groc' (cena amarilla) en favor de los políticos catalanes presos, al que también acudieron familiares de estos venidos de Barcelona, y levantó ampollas en parte de la sociedad balear. En la cena se recaudaron unos 13.000 euros para la caja de solidaridad de Òmnium y la ANC.
La vicepresidencia del Govern y cuatro consejerías están en manos de Més, una coalición que respalda públicamente a Carles Puigdemont, Quim Torra y al independentismo catalán, y que reclama el "derecho a decidir" de Baleares. A la presidenta autonómica, Francina Armengol (PSOE-PSIB), también se le ha recriminado repetidamente su buena sintonía con la actual Generalitat catalana.

Expolio fiscal

Para Josep de Luis, presidente de la OCB y organizador de la cena amarilla, es poco menos que un deber democrático apoyar a los políticos encarcelados y al 'procés'. Es más, cree que lo que está pasando en Baleares es precisamente lo que “encendió la chispa” en Cataluña. Una supuesta opresión de la cultura propia por parte del Estado unida a un expolio fiscal.
 “Aquí pasará lo mismo si España no logra exterminar esa carcoma uniformizadora. El problema está en la Castellana, y hay que verlo desde allí. España debe decidir si quiere ser diversa, plural e integradora o seguir siendo como es. Aquí estamos sufriendo un expolio del 15% del PIB, es una barbaridad, es lo que se hacía con las antiguas colonias de ultramar. Una cosa es compartir y otra que te roben", indica.
El expolio fiscal es otro símil con Cataluña que está calando hondo. La misma consejera de Cultura balear, Fanny Tur (Més), lo explica a este diario. "Que haya que pagar de nuestros impuestos todos los AVE con estaciones desiertas y aeropuertos y que tengamos un sistema de comunicaciones tan precario en Mallorca y Menorca es muy grave. Es curioso que los tres territorios que conforman los Països Catalans tienen las balanzas fiscales más en negativo, y Baleares muy por encima del resto. Existe un expolio del Estado, nos tratan como a colonias quitándonos los recursos sin que haya retorno. Usan los territorios [de los Països Catalans] como botines de guerra para ganar votos en otros lugares. La gente empieza a ser consciente de esto. Luego se extrañan de que no haya sentimiento de Estado".
Según pregona la ASM en su parada callejera de los sábados, el 48% de los impuestos que pagan los baleares termina en Madrid, "3.500 millones de euros cada año que no vuelven", mientras los servicios públicos, aseguran, se desmoronan. De repente, un afable anciano se acerca a la carpa callejera de la ASM. "Un poquito para la causa", dice antes de depositar 10 euros en la hucha. "¿Y lo de Valtònyc, como lo tenemos?", pregunta. Luego se despide y se va.
Sa Fundació, una entidad creada en 2013 para defender la lengua y cultura baleares, ve este combate político con resignación. Ellos son el elemento autóctono que no tiene equivalente en Cataluña, pues defienden la promoción de su lengua y cultura, que ellos entienden como balear y en ningún caso catalana, a la vez que reconocen su apego a España.
"Lo de Cataluña ha hecho aflorar lo que algunos decíamos que estaba pasando y muchos no creían, que tras la unidad de la lengua está el objetivo de la unidad política. Cuando se puso en marcha el proyecto nacionalista de Jordi Pujol, se empezó a alimentar un movimiento pancatalanista en Baleares, Valencia y el Alguer (Cerdeña) a través de una red clientelar financiada desde Barcelona. Se subvencionaba la lengua siempre que fuera la normalizada catalana, es decir, la forma de hablar de Cataluña, y la cultura si antes era aprobada por ellos", afirma Gari Durán, vicepresidenta de Sa Fundació y exsenadora por el Partido Popular.
"Hablamos de un negocio bastante importante del que comen muchas familias, y en el momento en que se ha visto amenazado, ha habido una reacción", insiste Durán. “Profesores, cursos, acreditaciones de catalán, premios literarios, editoriales, periódicos, la universidad, los sindicatos de enseñanza, todo eso es mucho dinero y puestos de trabajo”.
Joan Pons, director de Sa Fundació, añade: "Lo que parece increíble es que digan que España es un país opresor cuando son ellos quienes llevan 30 años oprimiendo al pueblo balear sin que nadie, empezando por Madrid, les haya parado los pies. En el estatuto ya pusieron que el catalán es la lengua propia de Baleares, y con la ley de normalización lingüística, que promueve solo la forma de hablar de Barcelona, han hecho que estemos perdiendo hablantes de mallorquín y menorquín a marchas forzadas. En una década, hemos perdido más de un 10% de hablantes de nuestras modalidades".

Adoctinamiento en las escuelas

Tanto los balearistas como las plataformas en favor del castellano coinciden en un punto: el adoctrinamiento en las escuelas públicas. Según denuncian, los profesores enseñan un catalán normativo impuesto desde Cataluña con libros de Lengua e Historia editados en Barcelona. Los profesores, o son catalanes o se han formado en universidades catalanas, y transmiten a los niños el sentir nacionalista catalán en el marco cultural de los Països Catalans, denigrando el mallorquín y menorquín a dialecto menor para usos informales.
"Durante 30 años se ha ido alimentando este ogro del odio a España y a todo lo español. Esos niños que empezaron a estudiar bajo las tesis catalanistas, con mapas de los Països Catalans en las paredes y libros editados en Barcelona, son los que ahora están gobernando. Solo quieren borregos que hablen un idioma porque viven de ese negocio clientelar de la enseñanza de catalán subvencionada. Son 1.700 personas en el entorno directo de las academias y las titulaciones obligatorias para ser funcionario y más de tres millones de dinero público", aseguran desde Convivencia Balear.
"No puedes tener una educación aséptica", responde el presidente de la OCB. “Las escuelas deben educar a niños con espíritu crítico, capaces de criticar nuestra reivindicación por la lengua y también instituciones ancladas en la Edad Media como la monarquía. Los mismos que hablan de adoctrinamiento veían muy bien un concurso en las escuelas de hace años que preguntaba '¿qué es para ti un rey?'. ¿Pues por qué no se puede hacer un concurso de 'qué es para ti una república'?".
La directora general de Política Lingüística del Consell de Mallorca, Aina Sastre, niega que se discrimine el uso propio del mallorquín e interpreta ese argumento como un ataque a la cultura común de Baleares, Cataluña y Valencia. 
"En la anterior legislatura del Partido Popular [2011-2015], pasamos de un presupuesto de 200.000 euros a solo 500 en política lingüística. Eso demuestra la obsesión contra la normalización del catalán en esos sectores. A la gente que viene de fuera debemos darles herramientas para que aprendan el idioma, y existe un estándar de catalán como lo hay en castellano. Están usando la lengua para sacar rédito electoral y ahora tienen la fijación de que la lengua y cultura catalanas son malas". 
Las escuelas baleares, reivindica Sastre, no adoctrinan sino que cohesionan, y así lo demostraron los padres apoyando masivamente la educación en catalán.
Cristòfol Soler es el político que propició esa ley de normalización lingüística tan polémica como mano derecha del primer presidente balear, Gabriel Cañellas (1983-1995). El caso de Soler es único en España. Un expresidente autonómico por el Partido Popular (1995-1996) que abandona el partido en 2014 para ser, un año más tarde, presidente de la Asamblea Soberanista de Mallorca. 
"Aquí en la isla no se quiso entender la etapa de 1715, pero fue entonces cuando nosotros empezamos a depender de Madrid. De Barcelona no habíamos dependido nunca, los historiadores confirman que cada isla disponía de un autogobierno total. No hemos dejado de depender de Madrid desde entonces. Yo estuve en la Consejería de Hacienda un tiempo y pude comprobar el expolio a nuestras islas. Eso, junto a otras muchas cosas, me hizo convencerme de que el soberanismo es la única solución", confiesa bajo la carpa de la ASM, luciendo una camiseta amarilla.
Soler lo tiene claro: con la mitad más un voto, Mallorca será independiente el día que haya un referéndum. Y luego Menorca, Ibiza y Formentera deberán decidir su futuro. "Tratamos de aprovechar el 'know how' de la ANC y ver qué podemos cambiar nosotros allí donde ellos han tenido problemas", indica. Por ahora, es solo una aspiración, pero en el lado constitucionalista se la toman muy en serio en tanto que parte del Govern balear está en esa sintonía.
Así lo cree Convivencia Balear: "Se está manipulando a la gente desde el Gobierno autonómico y las escuelas con ideas como el expolio o la represión de España para llevarlos al independentismo. Vivimos en unas islas abiertas a todo el mundo y mandamos a nuestros hijos afuera para que se formen en un mundo global. No queremos que esto se convierta en un gueto de catalanohablantes donde todos piensan igual y donde los profesores buscan a los niños en el patio de la escuela para decirles que hablen en catalán, como está pasando. La situación es muy preocupante".
La Consejería de Cultura trazó una Ley de Consultas para que cualquier cuestión pueda ser debatida en referéndum en Baleares y que el resultado sea vinculante. La misma presidenta, Francina Armengol, aseguró a finales del año pasado que saldría adelante y que sería "pionera" en España. 
El Consejo Consultivo de Baleares ha declarado días atrás inconstitucional ese anteproyecto de ley, aunque sus dictámenes no son vinculantes para el Gobierno autonómico.

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