sábado, junio 11, 2022

Axel Kaiser: «La UE es un museo que no produce prosperidad»

 


MADRID.- Axel Kaiser es un abogado chileno-alemán, doctor en filosofía por la Universidad de Heidelberg, director de la cátedra Friedrich von Hayek de la Universidad de Adolfo Ibáñez y senior fellow del Atlas Center para América Latina. Acaba de publicar nuevo libro: El economista callejero, número 1 en ventas en Chile. En él nos ofrece 15 lecciones de economía para sobrevivir a políticos y demagogos. Nos recibe (a La Razón) en el Hotel Wellington de Madrid para hablarnos del libro.

Comienza criticando la ignorancia de las élites

Las élites en general no saben mucho de economía, por no decir nada. Las élites políticas, culturales, artísticas, y las empresariales no entienden principios básicos de economía. El libro pretende corregir el discurso público contribuyendo a que el ciudadano esté bien informado. Las élites también pueden leerlo pero no creo que tengan interés en temas económicos.

¿Por qué cree que no tienen interés?

Prefieren engañar a la gente para mantenerse en el poder prometiendo beneficios mágicos y posando como si los generosos fueran ellos, cuando siempre termina siendo el ciudadano el que paga con sus impuestos y con la inflación las políticas de los gobernantes. En el caso de las élites más culturales, artísticas, porque les gusta el romanticismo que venden también al público y por tanto prefieren no tener conexión con la realidad, vender un sueño, pero vivir como los máximos capitalistas, llenarse de dinero vendiendo sus cosas. Una actitud muy hipócrita: venden una moral que ellos no están dispuestos a seguir.

¿Cree que los políticos no se dejan asesorar por los economistas?

Un gran porcentaje tiende a instrumentalizar la economía para conseguir sus fines, y se dejan asesorar por economistas, muchos de los cuales tampoco entienden de economía porque son ideólogos. Tiende a ver más un desprecio por la economía por parte de la izquierda. Cada vez que la izquierda aplica sus recetas obtiene malos resultados, no porque sean de izquierdas sino porque su diagnóstico de la realidad está equivocado, no saben bien cómo funcionan los precios, ni los beneficios del libre comercio. Tienen una retórica más de castigar, de redistribuir la riqueza, muchas veces también de proteger la industria nacional, de fijar precios, que producen problemas enormes no porque vayan en contra de una filosofía sino porque van en contra de las leyes económicas. Terminan empobreciendo a la sociedad y ellos se mantienen en el poder viviendo de los privilegios que el poder les confiere, se benefician de la ignorancia de las personas.

¿Por qué es malo vivir del Estado? Lo dice en su libro

Es una inmoralidad vivir del Estado cuando uno se puede proveer con sus propios medios. El Estado no existe como tal. Es una abstracción; un grupo de personas, políticos, funcionarios, que no están sacando el dinero de su bolsillo para dárselo a los ciudadanos, sino que se lo están quitando a otra persona que si está trabajando. Distinto es el caso de esas personas que tienen limitadas sus habilidades por cuestiones de salud, y en esos casos el Estado debe ayudar. Las leyes y la política económica tienen que permitir que vivir del trabajo sea rentable, porque si te hacen la vida imposible con impuestos abusivos, cargas sociales espantosas, entonces vivir del Estado que te está dando lo mismo puede tener sentido.

En su libro critica a los bancos centrales por su actuación durante la pandemia

Incrementaron excesivamente el dinero en circulación y ha sido un desastre porque los Estados han gastado mucho. Suiza, Japón o China no lo hicieron y tiene una inflación baja, mientras que en la zona euro está en el 8% y lo peor está por llegar.

¿Quiere decir con esto que los bancos centrales no tenían que haber ayudado?

Lo que hizo el Banco Central Europeo (BCE) fue una vergüenza desde la crisis del euro en adelante. Durante la pandemia ha permitido a los Estados europeos endeudarse a tasas de interés subsidiadas, o sea muy por debajo de lo que tendría que haber pagado si hubieran tenido que pedir préstamos al mercado de capitales. Esto es lo que hacen los bancos con todos los ciudadanos de a pie, ¿por qué no lo hacen con los políticos? Lo que hizo el BCE equivale a dar el dinero a una persona que se va de fiesta y nunca le cortan ni le suben el tipo de interés para hacer ajustes, un dinero que además la gente ahorra. ¿Por qué la gente tiene ahora menos poder adquisitivo?, porque está pagando la farra que facilitó el BCE . La Unión Europea en general es un museo que no produce grandes niveles de prosperidad económica.

¿Qué podemos esperar del futuro económico?

En el escenario más catastrófico estaremos ante una crisis financiera peor que la de 2008 y si esto sucede será culpa de los bancos centrales. Si se evaluara como corresponde el BCE saldría muy mal parado, y lo mismo a la Reserva Federal (Fed).

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