MADRID.- Sin duda fue una de las grandes sorpresas de la reforma de la estructura del Ejecutivo de Pedro Sánchez: los servicios de inteligencia, de nuevo, bajo el paraguas del Ministerio de Defensa. Y lo confirmó Moncloa en el mismo momento en que anunció a la nueva responsable de todo: Margarita Robles. Hoy la ministra encargada del blindaje de las fronteras visitará la sede del Centro Nacional de Inteligencia. Ya tomó una primera decisión: mantener en su puesto al actual director, el teniente general Félix Sanz Roldán, igual que mantiene a la cúpula militar del anterior equipo de Defensa.
Pero
ahora quiere avanzar más. Y quiere que el mensaje sea claro: hay que
corregir y potenciar los servicios de inteligencia hacia el interior. Ya
en la entrevista publicada por El Mundo, Robles admitió, tras destacar en líneas generales a estos servicios,
que había aspectos que modificar de la etapa anterior, en la que los
servicios de inteligencia dependían de la vicepresidencia del Gobierno.
El nuevo ejecutivo decidió modificarlo con el fin de que dependa de un
ministerio alejado previsiblemente de las disputas políticas y
considerado siempre "de Estado".
Y esas correcciones afectaban básicamente a la gestión de los efectivos del espionaje en Cataluña. Porque no fueron pocos los especialistas que levantaron la voz al considerar que el CNI tenía que haber alertado con más precisión
sobre los movimientos independentistas que se fraguaban. Asimismo,
surgieron muchas críticas después de que las urnas utilizadas el 1-O no
fueran tampoco detectadas.
Pero también, desde las filas secesionistas,
se alzó la voz contra el CNI al acusarle de estar haciendo juego sucio
para frenar su ansia rupturista.
La visita que hoy realiza Robles
al Centro Nacional de Inteligencia tiene varias lecturas. La primera y
principal, dejar bien claro a todo el personal que esta institución ya
no depende de Moncloa, sino que pasa de nuevo a los ejércitos, a
Defensa.
La segunda, arropar la continuidad de Sanz Roldán como
responsable de esos servicios en los que intervienen, como recuerda
siempre la ministra, más de 3.000 agentes. Al director del CNI aún le
queda más de un año de mandato antes de que se tenga que producir su
relevo. Se acordó que el mandato fuera por cinco años para evitar
relevos anticipados cuando se produzcan cambios de Gobierno.
Y la
tercera, mandar un doble mensaje a los agentes. El primero, interior: no
nos pueden volver a pillar con el paso cambiado. Hay que corregir
situaciones que se han demostrado que no han funcionado a la perfección.
El segundo, sobre los servicios exteriores: son de primer nivel. La
información que manejan en los lugares más "calientes" del mundo es de
gran valor. Y sus relaciones con el resto de servicios, esenciales. La
titular de Defensa pretende lanzar un espaldarazo público a los agentes
que integran el CNI.
Desde Defensa se apunta a que la
labor de estos servicios en aquellos países donde España tiene
desplegadas tropas en misiones internacionales -ONU, OTAN, UE-
está siendo fundamental, sobre todo, para garantizar la seguridad de
los propios contingentes desplazados. Consideran esencial -como no puede
ser de otra manera- el vínculo con el resto de servicios de
inteligencia.
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